La nación asiática enfrenta su peor brote de Covid-19 desde el inicio de la pandemia, y considera la medida para contrarrestar la rápida propagación de infecciones entre presos y trabajadores en instalaciones abarrotadas.
Según los informes oficiales, se han reportado más de 10 mil nuevos casos de la dolencia en aproximadamente una docena de prisiones tailandesas densamente pobladas.
Estos enfermos llevaron el recuento diario de casos del país a niveles récord dos veces en los últimos días, incluido la víspera, cuando más de dos tercios de las nueve mil 635 infecciones se reportaron en las cárceles.
El ministro de Justicia, Thepsuthin Somsak, comentó que la lentitud de las vacunaciones se ha sumado al desafío al que se enfrentan las autoridades.
Si no podemos obtener suficientes vacunas o si no podemos contener la propagación rápidamente, tendremos que pensar en reducir el número de presos en el sistema mediante la liberación anticipada, señaló.
De acuerdo con la fuente, el Ministerio de Justicia prepara un programa especial de liberación anticipada para unos 50 mil internos, que podría incluir el uso de sistemas de monitoreo electrónico y el ajuste de criterios.
A más largo plazo, las leyes de drogas de Tailandia se cambiarán para permitir sentencias de cárcel más cortas por delitos menores y para centrarse más en la rehabilitación, lo que reducirá el hacinamiento y los costos, concluyó Somsak.
Con alrededor de 311 mil reclusos, las cárceles tailandesas funcionan un cinco por ciento por encima de su capacidad oficial.
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