La filial colombiana del diario Marca reveló que la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) anunciará oficialmente más tarde este jueves la decisión que lleva considerándose desde hace varios días.
Fuentes de Conmebol aseguraron a ese medio que la imposibilidad de garantizar la seguridad de las selecciones participantes emerge como el principal motivo para el nuevo cambio de planes.
La grave crisis social que comenzó el 28 de abril con manifestaciones populares contra un aumento del gobierno a los impuestos de bienes y servicios, además de la situación sanitaria por la Covid-19, atentaba cada vez más contra la celebración del torneo en Colombia.
Los reclamos siguieron en aumento ante las medidas neoliberales, la violencia sistemática, el desgobierno del presidente Iván Duque, así como por nuevas exigencias nacidas al calor del paro nacional.
Ante ese escenario, el presidente argentino Alberto Fernández había anunciado días atrás la disposición de su país para transformarse en la sede única de la accidentada edición XLVII de la competición continental, que debió posponerse un año debido a la pandemia.
Las ciudades de Bogotá, Cali, Barranquilla y Medellín estaban previstas para acoger el grupo B del certamen, integrado por el entonces anfitrión Colombia, además de Venezuela, Ecuador, Perú y el campeón defensor Brasil.
En cambio, las acciones de esa llave ahora se llevarían a cabo en las canchas de La Bombonera, Libertadores de América y Bicentenario de San Juan; de Buenos Aires, Avellanada y San Juan, respectivamente.
El sector A, por su parte, mantiene a Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y la albiceleste, con sedes en los estadios Monumental (Buenos Aires), Malvinas Argentinas (Mendoza), Mario Alberto Kempes (Córdoba) y Estadio Único Madre de Ciudades (Santiago de Estero), según diversos reportes.
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