Una declaración de la cancillería rechazó la certificación del Departamento de Estado norteamericano, que incluyó a la nación caribeña en la lista de quienes ‘no cooperan plenamente’ con el enfrentamiento a ese flagelo, acción que catalogó de ‘irresponsable y vergonzosa’.
‘Cuba no modificará su compromiso con la paz’, enfatiza el texto, que desnuda los fines políticos de esas alegaciones, con las cuales intentan justificar agresiones como el bloqueo económico, comercial y financiero que sufre el pueblo cubano.
El Gobierno estadounidense conoce perfectamente la falsedad de esos planteamientos, sostiene el documento, y añade que existen ejemplos concretos de la voluntad de cooperación, en el marco de instrumentos bilaterales vigentes y al amparo del Derecho Internacional.
La isla ‘mantiene su compromiso con el proceso de paz en Colombia, a pesar de ser víctima de reiterados actos inamistosos y deshonestos, políticamente motivados’, asegura el comunicado.
El texto exhorta, además, al secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, a que confiese que son las autoridades estadounidenses las que se niegan a cooperar con Cuba en el enfrentamiento al terrorismo, lo que está debidamente documentado.
En este sentido, argumenta que Washington nunca ha devuelto a uno solo de los fugitivos de la justicia cubana, y ni siquiera juzgó a alguno por los crímenes y actos terroristas cometidos contra el pueblo de la nación caribeña y ciudadanos de otros países.
El documento pregunta por qué si la administración de Joseph Biden dijo públicamente que la isla antillana no es un tema de alta prioridad y está en curso la revisión de la política hacia el país, el Departamento de Estado singulariza de manera ‘infundada y mendaz’ a Cuba con respecto al terrorismo.
‘¿Cómo justifica que se continúen aplicando las 243 medidas coercitivas unilaterales adoptadas por el gobierno de Donald Trump, que incluyen el incremento de la persecución financiera y otras medidas de carácter extraterritorial?’, agrega.
La declaración ratifica la disposición de la nación caribeña a cooperar con las autoridades estadounidenses en el enfrentamiento al flagelo, del mismo modo en que lo hace con otros Estados.
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