La junta directiva del Fringe solicitó a los ministros la reducción de esa medida de dos metros a solo uno, similar al sector de la hostelería, y recordó la cancelación de esa cita cultural el año último, por primera vez en su historia, como consecuencia de la pandemia Covid-19.
Frente a esa decisión, los organizadores idearon mecanismos para mantener el evento en el corazón y la mente de los asiduos participantes como un espacio imprescindible de reconexión y encuentro, pero la anulación dos años seguidos repercutiría gravemente en esa tradicional festividad, advirtieron.
Los productores esperan que la revisión de esas políticas por el gobierno escocés transcurra entre los días primero y 7 de junio y recordaron que el registro de los espectáculos en modalidad online y presencial comenzó a principios de mayo.
Previsto del 6 al 30 de agosto, el Festival Internacional de Edimburgo es uno de los más grandes del mundo y, muestra de ello, resultó la edición de 2018 con una duración de casi un mes, 317 sedes y más de 55 mil presentaciones de teatro, comedia, danza, circo, cabaret, música, entre otras muestras.
Tras su establecimiento en 1947, con los estragos de la Segunda Guerra Mundial aún presentes, constituye una celebración del arte y la cultura solo superada por los Juegos Olímpicos y el FIFA Copa del Mundo, en términos de eventos globales con boletos.
Cada año, antes de la pandemia Covid-19, la capital escocesa recibe a artistas e intérpretes de numerosos lugares del mundo en un espacio dedicado al festejo de la vida y las artes sin importar nacionalidad, y destina sus principales teatros y salas de concierto y locales pequeños, tiendas y bares a performances, lecturas o musicales.
oda/dgh