De un extremo a otro de esta isla del Caribe, las protestas se multiplicaron en contra de la entrega de la estatal Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) a la corporación norteamericana, que tiene el beneplácito del gobernante puertorriqueño Pedro R. Pierluisi y de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), impuesta por Estados Unidos a mediados de 2016.
Organizaciones feministas, colectividades políticas, sindicales y comunitarias levantaron sus banderas de lucha, activadas desde tempranas horas de este jueves para mostrar su repudio a la determinación del anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP) de entregar la AEE por al menos 15 años al consorcio estadounidense-canadiense.
La dirigente de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) María del Mar Rosa expresó que ya no se trata de una reforma, sino de la cancelación del contrato con LUMA, porque en nada beneficia al pueblo.
‘LUMA Energy entró por la puerta grande y con alfombra roja, sin tener en consideración la realidad del país’, expresó Rosa, al considerar que esto trasciende a los trabajadores de la AEE, porque se perjudica al pueblo en general.
Anticipó que esta lucha será constante, por lo que el próximo sábado realizarán una caravana, cuya ruta se reservó porque ‘cada vez que cooperamos con la policía, se convierte en obstructora y pretende establecer por dónde debemos ir’.
La portavoz de Mujeres Contra LUMA, Angélica Acosta, explicó que repudian el intento de seguir dándole el dinero del pueblo a una compañía que no está preparada para atender el servicio de luz y por eso quiso evitar cualquier tipo de responsabilidad con el pueblo de Puerto Rico, además de que se quedará con el 68 por ciento de nuestros embalses.
El contrato con LUMA Energy, agregó Acosta, no solo supone un robo al pueblo, sobre todo ahora que vendrá dinero para reconstruir la infraestructura de la AEE, sino también lo aleja de las estrategias a las que se están moviendo muchos países de implementar la energía limpia.
‘Demandamos el derecho a tener energía limpia y renovable, queremos sol, y el derecho a controlar nuestros embalses, el acceso al agua y a la energía es un derecho humano que no puede estar en manos privadas’, aseveró Jocelyn Velázquez, portavoz de la organización Se Acabaron las Promesas.
Además, añadió, las mujeres quieren acceso a PrepaNet, la fibra óptica de Internet de la AEE en manos del pueblo, para que la niñez, la juventud y quienes trabajan desde sus hogares tengan accesos a una red sólida, lo que se convirtió en un servicio esencial en estos tiempos.
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