El ministro de Negocios Extranjeros Augusto Santos Silva consideró incomprensible la medida, anunciada la víspera por las autoridades en Londres.
Primero en Twitter, Santos Silva dijo que tomaba nota de la decisión británica de retirar a Portugal de la lista verde de viajes por la Covid-19, aunque consideró que no entendía la lógica.
Entretanto, aseguró que está dispuesto asistir a la Asamblea de la República (parlamento) para esclarecer la situación, tal como pidieron los socialdemócratas.
Iré con todo gusto cuando me cite el parlamento, explicó el canciller en declaraciones a la agencia Lusa al referirse al pedido de urgencia del Partido Socialdemócrata.
Aunque consideró que la oposición puede realizar tal pedido, Santos Silva ironizó que resulta pintoresco que cuando A decide sobre B, es B quien tiene la responsabilidad de la decisión.
El ministro británico de Transporte, Grant Shapps, justificó el paso de Lisboa a la lista amarilla (obligación de cuarentena) porque la tasa de positividad se duplicó desde la anterior revisión y por la presencia de una mutación del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, detectada en Nepal y presente en India.
Los socialdemócratas consideraron que su gobierno reaccionó con conformismo y que no previno la situación mediante mecanismos diplomáticos ante la medida, que entrará en vigor el martes próximo.
En su primera actualización del ‘semáforo’ implementado tras levantar la prohibición de viajar de vacaciones al exterior en mayo pasado, las autoridades británicas no agregaron ningún otro destino a la docena ya incluida en la lista verde, sino que movieron a siete naciones de la casilla amarilla a la roja.
En ese último caso están Afganistán, Bahréin, Costa Rica, Egipto, Sri Lanka, Sudán y Trinidad y Tobago, donde de acuerdo con el gobierno británico existe una prevalencia alta de la Covid-19 y de algunas de sus variantes más peligrosas.
El presidente regional de Turismo de Algarve (sur de Portugal), Joao Fernandes, calificó de política interna la decisión británica y no de una cuestión de riesgo.
Fernandes reconoció un impacto económico en la región, al ser el británico el principal mercado emisor para Algarve.
Desde el comienzo de la pandemia en Portugal se infectaron con el coronavirus más de 851 mil personas, y de ellas murieron unas 17 mil. Tras disminuir el número de nuevos casos, las autoridades reportaron un incremento de la tasa de incidencia.
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