Un equipo de científicos de la Universidad de Yale, Estados Unidos, liderado por Elizabeth Sibert, asociada postdoctoral en el Departamento de Ciencias Planetarias y Terrestres del centro de altos estudios, confirmaron el hallazgo tras estudiar dientes de peces microfósiles y escamas de escualos en sedimentos de aguas profundas.
Sibert, miembro también del Instituto de Estudios Biosféricos de esa universidad, precisó que, al generar un registro de 85 millones de años de abundancia de esas especies marinas, descubrieron una caída repentina en la cantidad de ejemplares de tiburones en más del 70 por ciento.
El mayor número de muertes correspondió en el océano abierto comparado con las aguas costeras, cifra que representa el doble del nivel de extinción registrado en el periodo Cretácico-Paleógeno hace 66 millones de años que acabó con las tres cuartas partes de las especies de plantas y animales de la Tierra, precisó.
Futuras investigaciones podrían confirmar si la muerte de los tiburones ocasionó que poblaciones restantes cambiaran sus preferencias de hábitat y el por qué no se recuperaron después de ese evento hace 19 millones de años, comentó la publicación.
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