Medios locales reportaron además enfrentamientos en el norte y este de la nación asiática.
Este sábado, los enfrentamientos se extendieron a la región de Ayeyarwady, una importante zona de cultivo de arroz que tiene grandes poblaciones tanto del grupo étnico mayoritario Bamar, del que el ejército extrae gran parte de su fuerza, como de la minoría Karen.
Los combates estallaron cuando los soldados llegaron a arrestar a un hombre sospechoso de portar armas y se encontraron con la explosión de una bomba, declararon residentes.
La Fuerza de Defensa del Pueblo de Shwegu, que se opone a la junta, dijo que había atacado una comisaría a última hora del viernes junto con el Ejército de Independencia de Kachin.
En el este de Myanmar, la Fuerza de Defensa del Pueblo de Mobye informó que se enfrentó con el ejército el viernes por la tarde.
A pesar de la agitación, el ejército de Myanmar no da señales de querer restaurar la democracia.
Esta semana, la junta recibió a sus primeros visitantes extranjeros de alto perfil: el jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja y enviados de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean).
El líder de la junta, Min Aung Hlaing, se reunió el viernes con el secretario general de la Asean, Lim Jock Hoi.
No obstante, el Consejo Asesor Especial para Myanmar, un grupo de expertos internacionales independientes, apuntó que era crucial que los enviados de la Asean también se reunieran con líderes de protestas y miembros del gobierno de oposición paralelo.
El ejército intenta imponer el control desde que regresó al poder el pasado 1 de febrero mediante un golpe de estado, después de una década de reformas democráticas.
Las protestas contra la junta tienen lugar a diario en muchas partes del país, que ha sido paralizado por las huelgas, mientras que los conflictos con los grupos étnicos del ejército que se oponen a la junta prosiguen en zonas fronterizas de Myanmar.
Al menos 845 personas han muerto a manos de las fuerzas de seguridad y más de cuatro mil 500 han sido encarceladas hasta ahora, según un grupo activista.
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