En el Día Mundial del Medio Ambiente, las conclusiones del informe ‘Glaciares del Himalaya: Cambio climático, carbono negro y resiliencia regional’ suponen otra advertencia para Nepal y la región, donde los impactos del calentamiento global son cada vez más visibles, reflejó el periódico The Kathmandu Post.
Junto al aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de precipitación, los depósitos de carbono negro -partículas transportadas por el aire generadas por la combustión incompleta en hornos de ladrillos, los gases de escape del diésel y la quema de biomasa, aceleran el deshielo de los glaciares y las nieves de las montañas.
Arun Prakash Bhatta, subsecretario del Ministerio de Bosques y Medio Ambiente, apuntó que el carbono negro u hollín es el segundo agente antropogénico más importante del cambio climático, al absorber la radiación solar.
Los estudios hallaron que esta sustancia puede tener un efecto invernadero dos veces mayor que el del dióxido de carbono (CO2), y superior al del metano. Se trata de un contaminante de vida corta y el segundo mayor contribuyente al calentamiento del planeta.
Su presencia en las montañas puede aumentar el deshielo de los glaciares al disminuir la reflectancia de la radiación en la superficie y aumentar la temperatura del aire.
Una vez que se deposita en la superficie de la nieve y el hielo, incrementa la absorción de la radiación al disminuir el albedo superficial o capacidad de reflejar la luz solar de la superficie del glaciar, por lo cual la zona se calienta y la nieve se derrite más rápido.
Del mismo modo, el hollín que circula en el aire eleva su temperatura antes de depositarse, influyendo en el rápido derretimiento de la nieve en las montañas.
Los glaciares ayudan a moderar los caudales de los ríos de la región proporcionando una fuente de agua de deshielo en los años cálidos y secos, y almacenando agua durante los periodos más fríos y húmedos, señaló el reporte.
Las cordilleras del Himalaya, el Karakoram y el Hindu Kush del sur de Asia, que contienen casi 55 mil glaciares, almacenan más agua dulce que cualquier otro lugar del mundo, excepto los polos Norte y Sur.
Según la investigación, el deshielo glaciar y la pérdida de nieve estacional suponen un riesgo importante para los habitantes de las montañas y la estabilidad de los recursos hídricos del sur de Asia.
Se calcula que más de 750 millones de personas dependen del agua dulce de los glaciares y de los ríos Indus, Ganges y Brahmaputra, alimentados por la nieve. Los cambios en el volumen y el calendario de los flujos podrían tener implicaciones económicas y sociales para la región.
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