Guillermo Grenier, profesor de la Universidad Internacional de Florida, citado en la edición digital del diario The Hill, considera que todo continúa igual porque la actual administración desconoce cómo va a reaccionar el electorado de ese estado del sur.
En esa postura coincide Nelson Díaz, presidente del Partido Republicano de Miami Dade, para quien muchos demócratas cubanos votaron por los conservadores en el pasado ciclo y, si el ejecutivo mantine su postura hacia La Habana, volvería a ganar ese apoyo, aunque la tarea es difícil.
Esos resultados se pondrán a prueba el próximo año, cuando el partido gobernante trate de derrotar al senador Marco Rubio (republicano) y al gobernador Ron DeSantis (republicano) en las elecciones de medio término.
Biden prometió dar un giro radical a las políticas respecto a la isla caribeña de su predesor, Donald Trump, pero al parecer cambió de idea después de que su fuerza perdiera dos elecciones presidenciales consecutivas en Florida, señala el rotativo.
Mientras el jefe de la Casa Blanca canceló muchas de las medidas de su antecesor, mantiene intactas las 243 sanciones contra la isla adoptadas por el magnate republicano.
The Hill recuerda que a principios de este año, un grupo de legisladores demócratas escribió una carta al mandatario en la cual instan a retomar la estrategia de distensión de Obama respecto a la nación caribeña.
No obstante, nada ha cambiado, al punto que el Departamento de Estado renovó una determinación de la administración Trump de que, según ellos, Cuba no coopera plenamente con los esfuerzos antiterroristas de Estados Unidos.
El gobierno cubano calificó esas acusaciones como totalmente infundadas, pues responden a fines políticos para intentar justificar las agresiones contra el país antillano, incluido el bloqueo económico, comercial y financiero que sufre el pueblo cubano.
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