Pese a las opiniones divididas, la mayoría estima que la labor de la administración, dirigida por el presidente de centro-derecha, Guillermo Lasso, debe estar centrada en enfrentar la crisis económica y sanitaria del país, agudizada por la pandemia de la Covid-19 y a juico de muchos, por mala dirección de parte del mandatario anterior, Lenín Moreno.
En ese sentido, la socióloga y analista política Irene León consideró que inició un gobierno con una agenda neoliberal sin ambages, inclinada hacia los intereses de un sector financiero y corporativo, ahora ya representado directamente por sus más relevantes líderes, con Lasso a la cabeza.
En entrevista con Prensa Latina, estimó que también llegó un renovado tiempo para la hegemonía de las instituciones financieras multilaterales, especialmente el Fondo Monetario Internacional, cuyo papel es actuar como intercesor entre los intereses del capital y los estados.
‘Será entonces un período de agudos retos para el pueblo, pues desde el comienzo del nuevo gobierno están anunciadas las privatizaciones de infraestructuras carreteras, las telecomunicaciones, recursos estratégicos y más, también de lo poco que queda de banca pública’, advirtió.
En sentido general, alertó de posibles grandes despojos y agudización de la desinstitucionalización, iniciada en los cuatro años de la gestión anterior, y, sin dudas, del achicamiento del estado en correlación con el proyecto presentado por el exbanquero Lasso.
Al respecto, enfatizó que el ejecutivo tiene predominancia de la rama empresarial y una propuesta económica claramente articulada a la acumulación de la riqueza de ese grupo, mediante una promesa mundialmente incumplida, como la de dinamizar la economía a partir de un presunto goteo hacia abajo.
‘Es un tiempo en el que la agenda del libre comercio está planteada como articuladora de las relaciones internacionales, de retroceso de los derechos democráticos que resultarán por ejemplo de ideas como la cesación de la ley de comunicación’, dijo.
Sobre la política internacional, avizoró un programa muy cercano al plan de la derecha y de regresión a posturas antidemocráticas, en tanto no se ve la integración regional como proyecto de ese grupo económico y las elites.
‘Se anuncian además acciones más decididas que contradicen los derechos políticos y de autodeterminación de los pueblos’, aseveró.
‘Los retos vendrán sin dudas del lado del pueblo, que deberá resistir el neoliberalismo y al poder del mercado, a esas políticas públicas que implicarán agudización de la pobreza y el desempleo’, recalcó.
En sus reflexiones, recordó que Guillermo Lasso se posesionó en medio con una campaña política y mediática nunca antes vista, para promocionar su gobernabilidad, algo de lo cual se habla desde su triunfo en la segunda vuelta de elecciones presidenciales, realizada el pasado 11 de febrero.
A juicio de León, el actual mandatario ha incumplido reiteradamente su palabra, por lo que algunos de sus propios aliados, como la dirigencia del partido social cristiano lo tildan de traidor.
En ese contexto, dijo que Lasso cogobernó con el dignatario anterior y eso impone otro reto, el de restaurar la credibilidad y mantenerla, si lo logra.
Acerca de la herencia de Moreno, cuyo informe de cuentas es analizado actualmente por el parlamento, se limitó a decir que dejó desinstitucionalización del país en todos los campos, así como el retorno del neoliberalismo y los poderes fácticos vulneradores de la soberanía e impulsores del empobrecimiento y el desempleo.
‘Su legado es una corrupción campante e impune, que paradójicamente se utilizó como argumento y muletilla para articular la persecución política y destruir iniciativas de ética en el país’, sentenció.
Finalmente, adelantó que los ecuatorianos y la región deberán enfrentar la articulación de esta nación andina a los proyectos de la derecha y la extrema derecha.
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