El también guionista y realizador escribe, a juicio de los expertos, libros confesionales y relatos sobre personajes reales ‘que viven al límite de la humanidad’; ejemplo de ello, es su último volumen Yoga, el cual narra su caída en el infierno de la depresión.
Con ese reciente material, su autor cierra un ciclo de textos autobiográficos creados durante casi dos décadas pues, como él confesó en febrero último, ‘estoy harto de ese tipo de escritura en este momento (…) no tengo ganas, lo que no significa que no vuelva a hacer otro en unos años’. Los especialistas advierten también que si bien es un artista reconocido, Carrère aún no obtiene el Premio Goncourt, el más prestigioso de las letras francesas, y constituido por Edmond de Goncourt en su testamento de 1896 como tributo a su hermano el literato Jules Huot.
El lauro Princesa de Asturias de las Letras incluye una escultura de Joan Miró— pintor, grabador y ceramista español catalogado como uno de los máximos representantes del surrealismo— un diploma, una insignia y la cantidad en metálico de aproximadamente 60 mil dólares.
De acuerdo con el jurado, presidido por el director de la Academia Real de la Lengua, Santiago Muñoz, Carrère ‘ha construido una obra personalísima generadora de un nuevo espacio de expresión que borra las fronteras entre la realidad y la ficción’.
Según el acta, sus libros contribuyen al desenmascaramiento de la condición humana y diseccionan la realidad de manera implacable; asimismo, el autor ‘dibuja un retrato incisivo de la sociedad actual y ha ejercido una notable influencia en la literatura de nuestro tiempo’.
En esta edición optaban al lauro ibérico un total de 33 candidatos de 20 nacionalidades distintas, entre ellos, el rumano Mircea Cartarescu, el británico Martin Amis, la española Rosa Montero, el checo Milan Kundera y el japonés Hanuki Murakami.
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