Durante un discurso en esta capital la diplomática Marlen Redondo destacó que a fines del pasado año 285 laboratorios en 127 países contaban con la ayuda enmarcada en un proyecto para fortalecer de las capacidades de enfrentamiento a brotes epidémicos, emergencias y catástrofes.
En América Latina el programa de la OIEA se encuentra en un 87, 8 por ciento de ejecución, la tasa más elevada por regiones en el orbe.
Cuba realizó ingentes esfuerzos para cumplir con los compromisos pactados, a pesar de la ‘difícil situación económica del país en el contexto de la crisis por la Covid-19 y el recrudecimiento del bloqueo impuesto por los Estados Unidos’, sentenció Redondo.
Nuestra nación en calidad de receptor de esa asistencia, agradece los esfuerzos realizados por el OIEA, en especial por la División para América Latina y el Caribe del Departamento de Cooperación Técnica, responsable directo de gestionar este tema dentro del organismo, agregó.
La diplomática de la mayor de las Antillas se refirió a los 40 años de cooperación entre Cuba y el ese organismo conexo a la ONU y resaltó beneficios en sectores de gran impacto para el desarrollo económico y social.
El Programa del insecto estéril para controlar la propagación de mosquitos que causan enfermedades como el dengue, así como acciones destinadas al desarrollo de una nueva variedad de soja mejorada mediante la irradiación con rayos gamma, figuran entre las acciones bilaterales.
Cuba participa hoy en seis proyectos nacionales, tres
interregionaless y 28 regionales, acotó Redondo quien ratificó la disposición de su país de poner a disposición de todos los Estados, sus recursos humanos y capacidades para contribuir al avance en el uso de las tecnologías nucleares en función de la paz y el desarrollo sostenible.
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