En un torneo plagado de sorpresas entre las mujeres, la principal cancha Philippe Chatrier del complejo de la Porte d’Auteuil acogerá los duelos Anastasía Pavliuchénkova (Rusia)-Tamara Zidansek (Eslovenia) y Barbora Krejcíková (República Checa)-María Sákkari (Grecia), ninguna de ellas situada en los primeros 15 puestos del ranking de la WTA.
Los pronósticos y la clasificación mundial sugerían que Europa no podría reeditar la corona alcanzada el año pasado por la polaca Iga Swiatek, pero la líder mundial, la australiana Ashleigh Barty, y la segunda en el escalafón, la japonesa Naomi Osaka, dejaron temprano la meca de la tierra batida, la primera por lesión y la nipona en medio de una polémica extradeportiva.
Tampoco la incombustible Serena Williams (Estados Unidos) pudo avanzar en su intento, a los 39 años, de igualar los 24 títulos de Grand Slam de la australiana Margaret Court, aunque a decir verdad, los que daban opciones a la leyenda parecían más motivados por ser testigos de la hazaña que por las posibilidades reales de la nacida en Michigan.
Tenistas europeas se impusieron en seis de las últimas versiones de la competición parisina, lideradas por la rusa María Sharápova (2012 y 2014), mientras Williams encabezó a las monarcas fuera del viejo continente, con sus triunfos en 2013 y 2015, y la china Na Li (2011) y Barty (2019) fueron las otras dos ‘foráneas’.
Entre los hombres el dominio europeo es incuestionable, y tiene un nombre: Rafael Nadal (España), el monstruo del polvo de ladrillo que enrojece la superficie de las canchas de Auteuil, donde venció en 13 de las últimas 16 campañas, racha solo burlada por el suizo Roger Federer (2009), su compatriota Stanislas Wawrinka (2015) y el serbio Novak Djokovic (2016).
Mañana, Nadal y Djokovic volverán a chocar en las semifinales, en un duelo que acaparará la atención en el mundo del llamado deporte blanco, mientras el otro cruce tendrá también un plato fuerte, con el griego Stéfanos Tsitsipás, quinto del ranking de la ATP, y el alemán Alexander Zverev, sexto del escalafón.
El argentino Gastón Gaudio fue el último no europeo en conquistar el Roland Garros, al imponerse en 2004 a su coterráneo Guillermo Coria en una final latinoamericana, que solo se dio ese año.
Una fotografía a las actuales clasificaciones individuales invita a pensar que la hegemonía masculina del viejo continente en el Grand Slam parisino no peligra, pero en el sector femenino sí puede esperarse ver en lo más alto del podio a atletas de otras partes del globo.
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