La agencia de calificación crediticia con doble sede, en Nueva York y Londres, refirió que el país centroamericano asiste a un periodo de ‘estabilización de las perspectivas (y) refleja una resistencia fiscal mayor de la esperada.
También aludió a ‘los primeros signos de recuperación económica tras una etapa prolongada de contracción económica y los desembolsos multilaterales relacionados con la pandemia que han aliviado las restricciones de financiamiento a corto plazo’.
Desde 2018 Nicaragua enfrenta los esfuerzos desestabilizadores de la derecha opositora, sufragada desde el exterior, que tuvo su máxima expresión en el fallido intento golpista de abril-julio de ese año.
Esta semana el Departamento estadounidense de Tesoro sancionó a otros cuatro funcionarios del gobierno nicaragüense, entre ellos, al presidente del Banco Central, con la consiguiente afectación a los compromisos monetarios internacionales de la nación.
Fitch decidió la calificación crediticia de Nicaragua como B, letras que en la escala de las evaluaciones nacionales de largo plazo indica que los compromisos financieros se están cumpliendo, pero subsiste un limitado margen de seguridad y la capacidad de pago oportuno continuo está condicionada a un entorno económico y de negocio favorable y estable.
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