La pesquisa, primera de su tipo, fue realizada por expertos de la Universidad McGill, en Canadá, y el Instituto Nacional de Investigaciones para la Agricultura, la Alimentación y el Medio Ambiente (Inrae), de Francia, publicada por la revista Nature.
Precisó el artículo que fue obtenida información crucial para evaluar futuros cambios en la intermitencia del caudal de los ríos, determinar y supervisar su papel en los ciclos globales del agua y la bioquímica, así como en el apoyo a la diversidad biológica.
Mathis Messager, primer autor del estudio y estudiante de doctorado en Geografía en McGill y el Inrae, destacó la importancia de esos ecosistemas porque albergan muchas especies adaptadas a los ciclos de presencia y ausencia del líquido.
‘Pueden proporcionar fuentes de agua y alimentos fundamentales para la población y desempeñan un papel importante en el control de la calidad del agua. Pero la mayoría de las veces se gestionan mal o se excluyen por completo de las acciones de gestión y las leyes de conservación, ya que simplemente se pasan por alto’, agregó.
Por su parte, Bernhard Lehner, profesor asociado del Departamento de Geografía de la universidad canadiense y uno de los coautores del artículo, explicó que en las próximas décadas una proporción cada vez mayor de la red fluvial mundial dejará de fluir estacionalmente.
Lehner confirmó que muchos ríos y arroyos antes perennes, incluidos tramos de ríos como el Nilo, el Indo y el Colorado, se convirtieron en intermitentes en los últimos 50 años debido al cambio climático, las transiciones en el uso del suelo o a la extracción temporal o permanente de agua para uso humano y agrícola.
La investigación comprobó además que los ríos no perennes son más comunes en lugares áridos (donde hay mucha más evaporación que precipitaciones) y los afluentes más pequeños cuentan con un caudal más variable y con probabilidades de secarse.
También se dan en climas tropicales e incluso en el Ártico, donde esas corrientes de agua se congelan durante parte del año.
mem/nmr