‘Me voy optimista’, dijo el diplomático a la agencia de prensa Sputnik antes de partir de Moscú, a donde fue llamado a consultas hace tres meses por el deterioro de las relaciones entre ambos países.
Antónov expresó que tras la reunión de los jefes de Estado en Suiza el pasado miércoles, confía en ‘un trabajo constructivo con colegas estadounidenses para construir una relación basada en la igualdad y el pragmatismo’.
De igual forma, se espera el regreso a esta capital del embajador de Estados Unidos, John Sullivan.
El representante del Kremlin en Washington viajó a esta capital el 20 de marzo luego de resquebrajamiento de los vínculos bilaterales a niveles tan bajos como los de tiempos de la Guerra Fría, según expertos.
Entonces el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia manifestó que la crisis política y diplomática es el resultado de una política decidida y deliberada de Washington y advirtió que algunas declaraciones de líderes estadounidenses ‘ponen en peligro de un colapso la relación, ya excesivamente conflictiva’.
Además de dos paquetes de sanciones contra Moscú en apenas seis meses, en una entrevista televisiva, el presidente estadounidense calificó de ‘asesino’ al mandatario ruso, y prometió que ‘pagará un precio’ por haber intentado interferir en las elecciones de su país.
Por su parte, el Kremlin consideró infundado y sin fundamento el informe de los servicios de inteligencia de Estados Unidos sobre supuestos intentos de Rusia de influir en el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 en esa nación.
El regreso de los embajadores de Rusia y Estados Unidos a sus puestos de trabajo es uno de los pocos acuerdos concretos de las conversaciones de Ginebra, pero servirá para restablecer la comunicación entre las partes por los canales diplomáticos.
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