Sin una escena de festivales de cine global triunfante, la industria cinematográfica no prosperará; lo saben bien los organizadores de la próxima temporada que demostrará cuán relevantes y vitales son las presentaciones en vivo.
Sobre los novedosos modelos de distribución, certámenes como Tribeca y Telluride, en Estados Unidos, o Cannes en Francia, mantienen su apuesta por las exhibiciones al aire libre e impulsan aún más las trasmisiones en streaming para maximizar su alcance.
Con el inicio de la pandemia, la mayoría de estos grandes eventos mutó al espacio virtual y se convirtieron ellos mismos en parte de la creciente máquina de consumo y entretenimiento en casa, que prendió sus motores en 2020.
La etapa veraniega prevé el regreso a las grandes salas con la activación de medidas y protocolos de seguridad a la altura de la nueva normalidad que regirá en todas las citas fílmicas.
En el caso del Festival de Tribeca, este año eliminó subliminalmente el término película de su nombre, lo que abre el diapasón a otras propuestas que trascienden al séptimo arte como los videojuegos, los medios alternativos basados en la realidad virtual o 3D y los forodebates online.
Paralelamente, el Festival de Cine de Nueva York exhibirá una sólida curaduría fílmica desde el formato híbrido, lo que implica presentaciones virtuales y presenciales enfocadas a la audiencia nacional, para mantener a patrocinadores y público comprometidos.
Por su parte, el Festival de Toronto mantendrá un catálogo de películas reducido, proyecciones públicas con una audiencia limitada y pases de autocines para un número selecto de producciones, fenómeno que refleja el poco avance en su dinámica ante las condiciones epidemiológicas.
Más allá de las métricas digitales, tales eventos no pueden desligarse de la presencia que ya reclaman sus espectadores a nivel mundial, quienes deberán someterse a pruebas de vacunación y uso obligatorio de mascarillas.
Si bien la Covid-19 ha cambiado el funcionamiento habitual de los festivales, no cabe duda que aun desempeñan un rol clave al interior del ecosistema cinematográfico para construir la identidad de sus marcas, elevar su reputación y consolidar el reconocimiento del talento a nivel mundial.
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