Rodríguez significó que solo entre abril de 2019 y diciembre de 2020 -en plena pandemia- los daños generales provocados por la hostil política estadounidense superaron los nueve mil 57 millones de dólares, que en el ámbito de la agricultura ascendieron a 429 millones 225 mil dólares.
Destacó que en los últimos cuatro años el bloqueo económico, comercial y financiero, que por más de seis décadas lastra el desarrollo económico y social del país, fue reforzado con la adopción de más de 240 nuevas medidas, todas vigentes, con importantes impactos en todos los aspectos de la vida y desarrollo del país y, en especial, en la seguridad alimentaria.
El diplomático intervino ante la Junta Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA)a quien agradeció en el nombre de Cuba y de los 1,5 millones de personas beneficiadas de manera directa, por la aprobación del Programa Estratégico de País (PEP), para Cuba en el período 2021-2024.
Agradezco, dijo, a todos los que pusieron su empeño para que la razón misma de ser del PMA pudiera finalmente emprender una nueva fase en el apoyo a los esfuerzos de las autoridades cubanas para asegurar la alimentación de sus ciudadanos, en medio de circunstancias excepcionalmente difíciles.
El PEP Cuba, explicó Rodríguez, refleja una gran sincronización con la estrategia de desarrollo económico y social del país para los próximos años; su alineación al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo y la Agenda 2030, así como la previsión de impacto directo que deberá tener en segmentos poblacionales vulnerables.
Además, precisó que ese programa acoge elementos novedosos que deberán contribuir a aumentar su eficiencia y eficacia para la consecución de sus propósitos.
Significó que, en Cuba, dada su condición insular y la ubicación en el centro del Caribe, son significativos los riesgos y efectos negativos derivados del aceleramiento del cambio climático.
Citó, entre otras afectaciones, cómo progresivamente se pierden zonas costeras y se verifican altos niveles de salinización, por infiltración del agua de mar, en algunas de las zonas más fértiles del país.
Llamó la atención también en que la pandemia de la Covid-19 provoca daños importantes a la economía, sustentada en buena medida en los sectores de los servicios, en primer lugar, el turismo, sumados los desajustes en el comercio global de alimentos y el alza de los precios.
Rodríguez ratificó ante ese organismo de Naciones Unidas, que su país a pesar de las adversidades está ‘profundamente comprometido con la seguridad alimentaria y la nutrición adecuada para todos los ciudadanos.
Son, dijo, ‘prioridades máximas para el gobierno cubano, como lo es también la salud y la educación’, al tiempo que expuso los avances de su país en la implementación de nuevas políticas y leyes dirigidas a fortalecer la institucionalidad, el desarrollo de los territorios, una mayor autonomía, además de la diversificación de las formas productivas.
msm/smp