Necesitan explicar lo que realmente sucedió, porque el gobierno está tratando de minimizarlo, pero los reportes de prensa indican que hubo más de lo que están diciendo las autoridades, afirmó el político opositor Ed Miliband, en declaraciones a la cadena Sky News.
El Ministerio de Defensa ruso informó la víspera que aviones y barcos de su flota en el Mar Negro hicieron disparos de advertencia y lanzaron bombas en la trayectoria del destructor británico Defender que violó la frontera nacional en aguas cercanas a la península de Crimea.
Las autoridades británicas negaron el incidente, y atribuyeron los disparos a ejercicios militares que realizaban las fuerzas rusas en la zona.
El ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, también afirmó que el destructor Defender está realizando un recorrido ‘inocente’ a través de las aguas territoriales de Ucrania, de conformidad con el derecho internacional.
Un corresponsal de la BBC que viaja a bordo del buque de la Armada británica reportó, sin embargo, que aviones rusos sobrevolaron la embarcación en varias oportunidades, y que dos navíos de la flota del Mar Negro los siguieron a menos de 100 metros.
Miliband consideró, por su parte, que el destructor británico estaba ejerciendo su derecho a navegar por aguas internacionales, y negó que se tratara de una provocación como afirmó este jueves el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El exjefe del Ejército británico, Richard Dannatt, también se mostró sorprendido por la forma en que el ministerio de Defensa del Reino Unido está tratando de minimizar el incidente.
Nadie debe asumir que el Defender entró en esas aguas en disputa de forma intencional, por lo que yo asumo que era parte de su trayectoria planificada ya que se trata, dijo, de una vía legítima, declaró el exmilitar a Sky News.
Las relaciones entre Rusia y Occidente empeoraron a raíz de la situación en Ucrania y la reincorporación de Crimea a Rusia tras el referendo celebrado en marzo de 2014, en el que más del 96 por ciento de los votantes defendió esta opción.
El Kremlin subrayó en reiteradas ocasiones que su país no es parte del conflicto en Ucrania, y reafirmó que la adhesión de Crimea se había llevado a cabo respetando la legislación internacional y la Carta de las Naciones Unidas.
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