El diario local Granma publicó en esta jornada las declaraciones de varios sobrevivientes del naufragio ocurrido el pasado 4 de marzo, a tres millas náuticas de Cayo Sal, Bahamas, donde murieron 12 personas de las 24 que viajaban en la embarcación, entre ellas dos niños.
‘Yo les digo que no cometan la locura que hice’, aconseja José Yuniel León, quien perdió a un hermano en el incidente; en tanto Quirenia Estevez señala que vivieron una película de terror, una catástrofe que nunca van a olvidar.
Los cubanos habían salido ilegalmente de la isla mayor de las Antillas el 2 de marzo, por la Playa Nazabal, al norte de Villa Clara (centro), en una lancha rápida proveniente de Estados Unidos rumbo a la Florida.
En un primer momento los traficantes de personas los llevaron a un cayo inhóspito y deshabitado, donde una segunda embarcación, también procedente de territorio estadounidense, más pequeña y sin suficientes salvavidas, los recogió para llevarlos a su destino.
La nave zozobró y sus tripulantes tuvieron que permanecer durante 14 horas en el mar, hasta ser rescatados por un buque de la Real Fuerza de Defensa de Bahamas, pero las consecuencias fueron dramáticas, pues la mitad de los viajeros fallecieron.
A pesar de que las unidades de las Tropas Guardafronteras y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba desplegaron una búsqueda aérea y naval por varios días, no lograron encontrar a nadie con vida.
Ante el suceso la Cancillería de la nación caribeña emitió una declaración (11 de marzo) en la cual denunciaba que la suspensión del procesamiento y otorgamiento de visas en el Consulado de Estados Unidos en La Habana es uno de los factores que incentiva la migración irregular.
Asimismo, inciden en ello el traslado de esos trámites hacia terceros países, además de la vigencia de la Ley de Ajuste Cubano, de 1966, que otorga privilegios especiales a quienes migran desde la isla a territorio norteamericano.
También se suma el incumplimiento del compromiso de Washington de garantizar un mínimo de 20 mil visas por año a quienes deciden establecerse en el vecino país.
La víspera, el director general de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior de la Cancillería cubana, Ernesto Soberón, significó que las medidas del gobierno estadounidense impiden el tránsito regular y con seguridad de los cubanos.
Detalló que actualmente muchos deben viajar a terceros países, lo que encarece los trámites migratorios sin que haya garantías del otorgamiento de visado; de ahí que se conviertan en blanco para los traficantes de personas y las bandas que se dedican a la trata.
Precisamente este miércoles México devolvió a 89 ciudadanos cubanos víctimas de este tipo de actividad, quienes llegaron a esa nación luego de atravesar ilegalmente varios países mientras intentaban llegar a Estados Unidos.
Reportes de las autoridades de la isla caribeña reflejan que en lo que va de año el Servicio de Guardacostas norteamericano devolvió a 372 personas, lo cual cumple con el compromiso establecido a partir de la Declaración Conjunta en materia migratoria, firmada el 12 de enero de 2017.
No obstante, Cuba sostiene que las políticas de Washington alientan ese flujo irregular, donde muchos ponen sus vidas en riesgo al hacerse a la mar en medios rústicos, sin las condiciones de seguridad necesarias para la navegación; o se involucran en acciones violentas, como el robo de embarcaciones.
En este sentido remarca no solo las medidas específicas que impiden la migración regular, sino las presiones económicas y el bloqueo, que dificultan la vida de todos los cubanos.
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