El desarrollo de la arquitectura, con sus novedosas técnicas, materiales incorporados, tendencias estéticas y utilitarismo, dejó atrás aquella original pasarela de arcadas sustentada predominantemente en piedras para dar paso a disímiles obras de la ingeniería dignas de contemplación.
Es el caso del monumental de tres mil 408 metros Libertador General San Martín, ubicado sobre el río Uruguay, que comunica con Argentina. Hay otro ondulante y de vértigo como el Leonel Vera, y hasta el llamado ‘puente fantasma’ de dos kilómetros, inaugurado en 1995 y que nunca se usó porque forma parte de una calle de tierra poco transitada.
Pero la joya de la corona es el Laguna Garzóny puede que sea el único circular en el mundo, diseñado por el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly para reducir la velocidad de los vehículos motores y de ese modo permitir a los viandantes observar la riqueza natural del paraje de acceso.
Dispone de pasarelas peatonales y tiene 830 metros de barandas externas e internas en acero galvanizado que van desde una a otra cabecera de la obra.
Próximo a la desembocadura de la laguna en el océano Atlántico, este puente es una maravilla arquitectónica conciliadora con el ambiente y totalmente novedosa en Uruguay, pues su forma de anillo sostenido por una serie de columnas permite el libre flujo del agua y además el paso de embarcaciones, un elemento típico del lugar.
Desde 1976 la laguna Garzón forma parte de la Reserva de Biosfera denominada Bañados del Este, y desde 1977 integra el Parque Nacional Lacustre y Área Protegida de Uso Múltiple. En noviembre de 2014 se sumó al Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
La mencionada obra representa un hito para el país, ya que fue un proyecto postergado durante 50 años y finalmente se materializó en 2015, con el objetivo de unir los departamentos de Rocha y Maldonado, cuyos vecinos hasta ese momento tenían que cruzar ambas orillas mediante plataformas transportadoras. (Tomado de Orbe)