El titular de Temas Bilaterales de la Dirección de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Yuri Gala, señaló en comparecencia televisiva que la isla cumple rigurosamente con la Declaración Conjunta de enero de 2017 sobre estos temas.
Sin embargo, el país norteño viola el acuerdo de otorgar 20 mil visas anuales, a lo cual se suma la suspensión de los trámites consulares en La Habana desde el segundo semestre de ese propio año, así como del procesamiento y otorgamiento de visas, apuntó el funcionario.
Esto obliga a las personas a trasladarse a terceros países con un gasto adicional de dinero y sin garantía de solucionar sus solicitudes, añadió.
Gala recordó que aun cuando la Declaración Conjunta estableció la eliminación, por parte de Washington, de la denominada Política de pies secos pies mojados y del Programa de Parole para profesionales médicos, que estimulaban la migración irregular, todavía se mantiene otra disposición.
Se refiere a la Ley de Ajuste Cubano de 1966, que continúa como un fuerte estímulo para estas conductas, en tanto otorga privilegios especiales a los migrantes cubanos en Estados Unidos.
El diplomático precisó que otras presiones sobre la nación caribeña, como el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington, y las más de 240 medidas coercitivas unilaterales aplicadas por la administración estadounidense, impulsan también a algunos a correr riesgos.
No se trata de simples medidas de incremento del cerco, sino de nuevos métodos, en algunos casos sin precedentes, que llevaron la maquinaria de la guerra económica a un escalón cualitativamente más agresivo, enfatizó Gala.
‘El daño que las medidas coercitivas unilaterales ocasionan sobre el nivel de vida de la población cubana no es fortuito ni es un efecto colateral, sino que es ante todo el resultado de un propósito deliberado de causar el mayor daño posible, un castigo a toda la población cubana en su conjunto’, agregó.
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