El reclamo surge luego de que los congresistas republicanos Louie Gohmert (Texas) y Tom McClintock (California) se mostraran preocupados en días pasados durante unas vistas públicas del Comité de Recursos Naturales del Congreso de Estados Unidos con relación a dos proyectos de ley que abordan el tema del estatus de esta isla.
‘No hay duda de que Puerto Rico es un país de habla hispana; nuestra lengua es una parte intrínseca de nuestra cultura y nuestra identidad’, expuso la organización en sendas cartas a los congresistas.
Actualmente, aunque sin mucho futuro de avanzar más allá, se manejan en el Congreso dos proyectos de ley, uno a favor de una asamblea constituyente de estatus, de las legisladoras Nydia Velázquez y Alexandria Ocasio-Cortez, y otro del congresista Darren Soto y la delegada isleña Jenniffer González-Colón, que aspira a la anexión plena.
Próximo a cumplir 123 años bajo el dominio colonial de Estados Unidos, Puerto Rico no ha logrado zafarse de Washington que admitió, en 2016, que el Estado Libre Asociado (ELA), fundado 64 años antes, en 1952, había sido una burla a la comunidad internacional.
Ante la bancarrota de su gobierno, esta isla del Caribe se halla sometida a una Junta de Supervisión Fiscal (JSF) impuesta por Washington, que con la exministra de Finanzas de Ucrania Natalie Jaresko en la dirección ejecutiva, ha intensificado la política neoliberal.
El Frente Puertorriqueñista, que rechaza la anexión plena de Puerto Rico a Estados Unidos, destacó que ‘junto con nuestra historia, música, gastronomía y representación olímpica internacional, el español forma parte de lo que llamamos nuestra identidad nacional’.
‘Sí, sociológicamente Puerto Rico es una nación; nuestros equipos deportivos internacionales se llaman equipo nacional, e incluso la liga local de baloncesto se llama la Liga de Baloncesto Superior Nacional’, expuso la entidad en sus cartas a los congresistas republicanos.
Advirtió que ninguna de estas realidades son discutidas localmente por el partido de la estadidad (anexión) ni sus líderes y hasta ahora, han tenido mucho éxito en evitar esa discusión en el Congreso.
‘Si Puerto Rico se convirtiera en un estado, merecemos saber claramente si el Congreso está dispuesto a aceptar en su unión un país de habla hispana’, expuso en un tema neurálgico, ya que la imposición de la anexión puede causar ‘turbulencia social’.
El Frente Puertorriqueñista detalla que en Puerto Rico los datos oficiales del Censo de Estados Unidos confirman que en el 94,5 por ciento de las casas se habla español y que este ‘es el idioma oficial en los poderes legislativo y judicial de nuestro gobierno’.
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