Tras su redacción final, la normativa logró 121 votos a favor y cinco en contra, en tanto hubo 34 ausencias de bancadas opositoras.
La discusión de la iniciativa presentada por el organismo Ejecutivo comenzó desde el martes y este mismo día en horas de la noche, al no tener consenso, el pleno se declaró en sesión permanente.
Con la herramienta legal (decreto 8-2021), el Estado de Guatemala asume la responsabilidad de posibles efectos secundarios de las vacunas que ingresen al país, producidas por farmacéuticas con las que no ha trabajado el Gobierno, principalmente de Estados Unidos.
La sesión de ayer también fue compleja debido a desencuentros entre bancadas oficiales y opositoras en torno a unas 30 enmiendas al texto presentadas a la hora de dar el visto bueno a la propuesta en su lectura por artículos y redacción final.
Previamente, los diputados realizaron una reunión de instancia de jefes de bloque, en donde analizaron pormenorizadamente los cambios con la participación de la ministra de Salud, Amelia Flores, a quien algunos congresistas pidieron su renuncia por mal manejo de la pandemia.
Incluso, la bancada Unidad Nacional de la Esperanza llegó a presentar un punto resolutivo para iniciar este proceso, pero finalmente no alcanzó los votos necesarios para avanzar.
Ante el retraso en la llegada de vacunas compradas a Rusia y mediante el mecanismo Covax de Naciones Unidas, el Gobierno guatemalteco presentó al Legislativo el 24 de junio la hoy Ley que permitirá recibir donaciones de una diversidad de farmacéuticas, siempre que el país asuma el pago de compensaciones por posibles reacciones adversas.
El debate extraordinario en el Hemiciclo ocurre en un momento de alza de casos de la Covid-19, con cifras históricas por encima de los dos mil diarios, y hospitales casi al borde del colapso por la cantidad de pacientes en áreas de intensivos, principalmente jóvenes.
La víspera, medios de prensa denunciaron una situación compleja en el centro especializado de Villa Nueva por falta de medicinas, oxígeno y médicos.
En ese contexto, el plan de vacunación avanza a cuenta gotas, con una cobertura de dos dosis solo para 159 mil 486 guatemaltecos de una población cercana a 17 millones de habitantes.
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