Recibimos una información del estudio jurídico de abogados que tenemos acreditado en el estado de Florida respecto a la solicitud de la Fiscalía para posponer la fecha, añadió el procurador boliviano Wilfredo Chávez.
El 9 de agosto de 2021 es la nueva fecha tentativa propuesta por esa instancia para iniciar el juicio contra Murillo, detenido desde el 26 de mayo en el país norteño por soborno y lavado de dinero, precisó.
La autoridad anunció que enviará la semana próxima a Estados Unidos la demanda civil que interpondrá el Estado boliviano para recuperar los recursos económicos robados al país ‘por Murillo y su grupo delincuencial’.
‘Ese recurso legal –explicó Chávez- estará en la nación norteamericana entre el 5 y el 9 de julio, pero nos tomaremos un tiempo razonable para contar con todos los antecedentes necesarios’.
El procurador recordó que el principal propósito de esa demanda es recuperar el dinero robado a los bolivianos por Murillo y sus cómplices, presos en el centro penitenciario de Florida.
La segunda meta del recurso en tribunales estadounidenses es la calificación del daño, ‘que debe ser bastante alto, tomando en cuenta, que existieron pagos de manera delincuencial en tiempos de pandemia’, agregó.
Murillo, prófugo de la justicia boliviana, fue imputado y detenido en Estados Unidos junto a otros exfuncionarios cómplices de sus delitos de soborno, fraude, lavado de dinero y pertenencia a un clan mafioso internacional.
Según Bolivia, hay una afectación de 150 millones de bolivianos (21 millones 731 mil dólares), llevados a 30 procesos por la obtención por Murillo de los gases lacrimógenos destinados al gobierno de facto.
La compra de esos medios fue a la empresa brasileña Cóndor, mediante la intermediaria Bravo Tactical Solutions, a un precio de 5,6 millones de dólares, con un sobreprecio de 2,3 millones para beneficio de Murillo.
El Departamento de Justicia estadounidense informó que Murillo incurrió en los citados delitos junto a exfuncionarios y empresarios cómplices como Rodrigo Méndez, Luis Berkman, Bryan Berkman y Philip Lichtenfeld.
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