Los combates estallaron en la ciudad occidental de Qala-e-Naw, capital de la provincia de Badghis, y los extremistas lograron apoderarse de la sede de la policía y las oficinas de la agencia de espionaje del país.
El ministro de Defensa de Afganistán, Bismillah Mohammadi, dijo que las fuerzas gubernamentales se encuentran en una ‘situación militar muy delicada’, y agregó que ‘la guerra está en pleno auge’.
Los funcionarios afganos intentan asegurar las principales ciudades, carreteras y pueblos fronterizos.
No obstante, después de perder gran parte del norte, la caída de Badghis reforzaría aún más el control de los talibanes en el oeste de la nación asiática.
El asalto en Qala-e-Naw, primera vez que los extremistas intentan invadir una capital provincial, se produce horas después de que el Pentágono confirmara la retirada de más del 90 por ciento de su personal en la estratégica base aérea de Bagram.
Por otra parte, 15 insurgentes murieron este miércoles y otros 20 resultaron heridos durante un enfrentamiento con las fuerzas gubernamentales afganas en la ciudad Taluqan, de la provincia de Takhar (noreste).
En una declaración, el gobierno provincial dijo que los talibanes lanzaron una ofensiva masiva contra la localidad temprano en la mañana, pero sus intentos de ganar terreno fueron frustrados.
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