Cierta nostalgia porque la Furia Roja estuvo cerca de llegar a la final de este domingo en el estadio londinense de Wembley, pero al mismo tiempo interés porque de cualquier forma Italia e Inglaterra serán rivales en algún momento futuro.
Es un ambiente muy deportivo por la cercanía de los Juegos Olímpicos de Tokio, donde los españoles esperan conseguir una medalla en el torneo de balompié con un elenco que reúne a jóvenes talentos y tres experimentados de rango.
Sin embargo, el foco absoluto le toca a italianos e ingleses, dos planteles necesitados de lograr títulos importantes en la arena internacional.
Las razones son diversas. Para la Squadra Azurra es una forma de reconciliarse con su afición después de quedar fuera del Mundial de Rusia 2018, además de tener su vitrina de trofeos vacía, ni siquiera a nivel de clubes.
En el caso de Inglaterra, lleva 55 años sin estar en los primeros planos del fútbol, luego de la Copa del orbe, entonces llamada Jules Rimet, en 1966. Y además, nunca ha ganado un campeonato a nivel europeo.
El técnico Gareth Southgate ha sido categórico, en una suerte de arenga a sus pupilos: hemos alcanzado la final para vencer, no podemos defraudar a nuestros seguidores.
Para ello apostará al estado de gracia del artillero Harry Kane, el incombustible Raheem Sterling y las buenas prestaciones de sus mediocampistas y defensas.
Roberto Mancini, el DT de Italia repitió en las últimas horas que espera este domingo tener la satisfacción que no disfrutó de futbolista, refiriéndose al plantel de 1999 del cual fue integrante.
‘Será un partido muy difícil, pero debemos pensar en nuestro juego. Será el último partido, si queremos disfrutar, lo tenemos que hacer mañana. Luego los chicos se irán a las vacaciones, pero mañana nos podemos divertir’, afirmó.
Insigne, Inmobile, Chiesa, Bonucci, Chielini y Jorginho serán pilares de los azurri esta noche.
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