‘Instamos a Washington a que adopte finalmente una posición objetiva, se deshaga de la hipocresía, del doble rasero de su política. Dejemos que los cubanos, su gobierno y su pueblo se den cuenta de lo que está pasando y decidan su propio destino’, advirtió la diplomática en intercambio con la prensa.
‘Una cosa se requiere de Estados Unidos y sus seguidores: no interferir en los asuntos de un Estado soberano’, subrayó la representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Dijo que las declaraciones oficiales de Estados Unidos en relación con los últimos hechos en Cuba fueron percibidas con desconcierto.
‘Con sorprendente descaro, la parte estadounidense a todos los niveles, incluido la declaración oficial en la sesión informativa del Departamento de Estado del 13 de julio, retrata los eventos en Cuba como consecuencia de errores del gobierno’, denunció. Calificó de ‘cinismo particular de Washington’, la actitud de la Casa Blanca que durante todo el período de existencia del proceso revolucionario cubano, trato de forma deliberada de estrangular al país, discriminar a su pueblo y destruir la economía.
La diplomática rusa llamó la atención sobre el costo para Cuba del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra la isla y de su elevación al rango de legislación nacional con la aplicación extraterritorial de las estrictas restricciones impuestas por la ley Helms-Burton.
‘¿Qué pasa con la política de sanciones interminables y absolutamente ilegales, incluidos los bienes de consumo más esenciales, los alimentos y los medicamentos?’, indicó.
Zajárova preguntó cómo evaluar la inclusión de Cuba por motivos puramente políticos, en determinadas listas del Departamento de Estado, vinculando a la isla con el terrorismo, las cuales obstaculizan la plena integración del país en los procesos políticos mundiales.
Recordó que Washington intensificó las medidas discriminatorias contra Cuba en el contexto del desastre epidemiológico global provocado por la pandemia de Covid-19, cuando el mundo requiere reconciliación y cohesión de esfuerzos.
Aclaró que Estados Unidos habla de las necesidades humanitarias de la nación antillana, ‘pero en nombre de sus propios intereses egoístas, lleva el asunto a una escalada de tensión y confrontación’.
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