Según denunciaron autoridades en la isla y analistas, el país es víctima del terrorismo mediático a través del uso de las plataformas virtuales, que generan matrices de opinión tergiversadas sobre los acontecimientos.
Por ello, en esta semana las redes ‘informaron’ sobre la renuncia de un viceministro que permanece en su cargo, la falsa toma de la central provincia de Camagüey, concentraciones multitudinarias en un malecón habanero situado en Egipto y la huida a España del general de Ejército Raúl Castro, quien nunca salió de aquí.
Tampoco faltaron los supuestos asesinatos de personas que luego aparecieron en televisión nacional para dar testimonio de su propia vida.
En realidad, como aseguró el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, Cuba el pasado 11 de julio fue testigo de disturbios, muchos de ellos con vandalismo, asalto a centros de salud, tiendas e incluso el lanzamiento de cócteles Molotov y piedras tanto a instituciones como a personas.
La nación caribeña vio cómo volcaban sobre el pavimento a patrullas con policías dentro, y a quienes supuestamente protestaban pacíficamente robar de distintos establecimientos colchones, equipos electrodomésticos y botellas de ron.
El pasado martes, el titular del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), Bruno Rodríguez, acusó al Gobierno de Estados Unidos de utilizar herramientas computacionales de alta tecnología y las mentiras para desplegar una campaña capaz de generar desorden, inestabilidad y protestas en la isla.
De acuerdo con especialistas, Cuba es diana de una guerra no convencional de diseño estadounidense en tiempos de Internet, que a partir de la creación de cuentas falsas en las redes sociales y la generación de fake news, logró la amplificación artificial de una cruzada contra el Gobierno.
Frente a estos acontecimientos, Díaz-Canel enfatizó en su cuenta de Twitter: ‘Indigna, ofende y lastima la narrativa absurda que pretende imponerse sobre Cuba. Ni asesinados ni desaparecidos. La última dictadura cubana fue derrocada en 1959. El odio no vive aquí. Somos territorio de paz’.
Como ratificó Rodríguez en una conferencia de prensa, en la nación caribeña no hubo el 11 de julio un estallido social, sino disturbios causados por una operación comunicacional preparada desde hace tiempo, con eje en la manipulación de datos.
También el contexto estuvo marcado en estos días por ataques cibernéticos, originados fundamentalmente en Estados Unidos, al portal oficial del Minrex en Internet, al de la Presidencia, del diario Granma o al sitio web Cubadebate, uno de los de mayor tráfico en el territorio insular.
Recientemente el presidente aseguró que los disturbios fueron parte de un plan deliberado aún en proceso, cuyas causas analiza de manera crítica la máxima dirección del país para actuar y evitar que se repitan estas situaciones.
De hecho, el pasado miércoles el Gobierno informó sobre las labores para estabilizar el suministro eléctrico y poner fin a los cortes del servicio a la población, aun en medio del enfrentamiento al actual rebrote de la pandemia de Covid-19 y de un recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos.
También autorizó la entrada a territorio nacional, desde el próximo lunes y hasta el 31 de diciembre de este año, de alimentos, productos de aseo y medicinas sin límite de valor de importación y libres de pago de aranceles, solo regulados por los condicionamientos de las aerolíneas.
El llamado de Díaz-Canel es a la concordia, el respeto y a la unidad en una Cuba que rechaza la injerencia de Washington en sus asuntos internos y defiende su derecho a la soberanía y a la paz.
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