En una declaración de la comisión de Relaciones Internacionales, ese órgano pidió el cese de los intentos de golpe blando, así como terminar con la actual campaña de mentiras desplegadas en torno a la isla como parte de una operación político-mediática orientada y financiada desde Estados Unidos.
Reclamó que Washington escuche a la comunidad internacional, la cual manifestó de manera reiterada en la Asamblea General de las Naciones Unidas el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero contra La Habana.
Otra petición del Parlamento fue eliminar la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton, la cual permite radicar demandas en cortes estadounidenses contra personas o entidades que realicen transacciones con propiedades norteamericanas nacionalizadas por Cuba luego de enero de 1959.
La convocatoria a los diputados y grupos internacionales de solidaridad incluyó además que ‘se quite a la nación caribeña de la espuria e ilegal lista de países patrocinadores del terrorismo’, según el criterio de Washington.
El Parlamento ratificó el derecho del territorio nacional de defender su independencia y soberanía ante cualquier amenaza.
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