Muy sencillo, el fútbol puso en el mapa del protagonismo a esta simpática ciudad.
El caso es que el 2 de octubre de 2016 la Sociedad Deportiva Éibar-EibarKirolElkartea (SD Eibar) empató a un gol con el poderoso Real Madrid. Un episodio de esos que se agradecen.
Los pequeños también tienen oportunidades y el SD Eibar, instituido en 1940, lleva cuatro temporadas en primera división en la multimillonaria Liga Española de Fútbol, después de mantenerse 18 años en la segunda categoría.
Las enciclopedias afirman que Alfonso XI de Castilla fue el fundador de la villa en 1346, con el nombre de Villanueva de San Andrés. Luego se añadió el apellido Ehibar o Heybar. Los vericuetos idiomáticos concluyen que pudiera significar Valle del Ego, a partir de la palabra vasca ibar.
Un paseo por sus calles los viernes en la noche es todo un disfrute. Hallazgos prehistóricos en sus inmediaciones señalan presencia humana desde el Neolítico en el III milenio antes de nuestra era.Todo el mundo parece conocerse y la sensación resulta muy agradable en cortas caminatas que terminan indefectiblemente en tabernas y bares.
VASCOS EN CHIQUITEO
A orillas del río Ego, esta ciudad armera de poco más de 27 mil habitantes, con una poderosa industria de transformación de metales, se distingue por su apego al chiquiteo, en vasco txikiteo, el ‘arte de tomarse unos chiquitos’, de vino por lo general.
Su origen no tiene referencias directas y se le atribuye a una costumbre de Navarra, La Rioja, Cantabria, Burgos y el País Vasco. El euskera, en la variedad dialectal vizcaína que se habla en Eibar,tiene incorporada la palabra como suya.
Mi prueba de fuego con el chiquiteo aconteció en una fría noche invernal de diciembre.De taberna en taberna, una copa de vino –o dos-, tal vez alguna tapa (aceitunas, sardinas, jamón serrano, tortilla española, mejillones, gambas, frutos secos…) y a seguir la fiesta en otro bar.Variadas e interminables pláticas, el fútbol en primer plano y todo, siempre, alrededor del vino o una caña de cerveza.
(Tomado de Orbe)
