Según cálculos realizados por el Centro de Evaluación de la Calidad de Granos para el diario Rossiyskaya Gazeta, el país exportó durante el último año agrícola 58,7 millones de toneladas de cereales y derivados, un incremento del 10 por ciento con respecto a igual período anterior.
Antes de abril de este año el ritmo de las exportaciones de cereales superó los resultados de la temporada récord 2017-2018, cuando se enviaron al mercado mundial 60,9 millones de toneladas.
A partir del 1 de marzo, las autoridades del país duplicaron el arancel de exportación de 25 a 50 euros la tonelada, por lo que los productores intentaron exportar el monto máximo.
De acuerdo con las estimaciones preliminares del Servicio de Control Veterinario y Fitosanitario ruso (Rosseljoznadzor), Turquía y Egipto se mantienen como los principales importadores de cereales rusos, con 10,6 millones y 8,2 millones de toneladas, respectivamente.
Arabia Saudita importó 2,8 millones de toneladas, mientras algunos países aumentaron varias veces sus compras de grano a Rusia: Túnez las multiplicó por siete (0,7 millones de toneladas) y Pakistán las elevó seis veces (1,9 millones de toneladas).
El trigo tradicionalmente ocupa el primer lugar entre los productos rusos en términos de volumen de exportación. En la pasada campaña agrícola, sus exportaciones aumentaron a 39,1 millones de toneladas, el 13 por ciento.
El mercado de ventas clave para el trigo ruso al final del año agrícola fue Egipto, que recuperó el liderazgo por delante de Turquía e importó un tercio más que la temporada pasada.
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