Así lo denunció el encargado de Negocios de la Embajada de Cuba en Brasil, Rolando Gómez, en un artículo publicado por el poderoso grupo comunicacional SBT News.
Gómez afirmó que lo ocurrido el 11 de julio en la isla caribeña ‘fue resultado de una acción política realizada desde fuera, muy magnificada en el ámbito digital y virtual, pero enfrentada con el apoyo y la participación del pueblo y un mínimo de fuerza policial que en cualquier Estado de derecho es necesaria para aplicar la ley’.
Aseguró que se tiene ‘absoluta tranquilidad y confianza en que estos hechos no han de repetirse y nuestro pueblo y el país disponen de todas las posibilidades para superarlo. Ejemplo de ello es la calma ciudadana y el funcionamiento normal de Cuba’.
Para el diplomático ‘el Gobierno de Estados Unidos y los enemigos de la Revolución cubana en ese país aprovecharon de manera oportunista los efectos de la última ola de la pandemia de Covid-19 y las carencias, y el recrudecimiento del bloqueo genocida’.
Todo, remarcó, ‘para intentar provocar un caos en Cuba y fracturar el orden social y la tranquilidad ciudadana. Métodos utilizados en otros países’.
Alertó que ‘desde días antes de la votación en la ONU el 23 de junio, con 184 votos contra el bloqueo, comenzaron a producirse en Estados Unidos llamados a la violencia en Cuba, incluso, al asesinato del presidente Miguel Díaz-Canel’.
Emergió entonces la agresión política y mediática, de operaciones de desinformación, financiadas por fondos federales y encubiertos en Estados Unidos, indicó.
Reconoció que el 11 de julio hubo disturbios, desórdenes en una escala limitada generados por una mega operación político-comunicacional aun al precio de la violencia. Estos hechos son condenables y rechazados por la inmensa mayoría de nuestro pueblo, expresó.
Insistió en que estos actos ‘no lograron producir un estallido social, por el apoyo mayoritario de nuestro pueblo a la Revolución y a su gobierno. No lograron el propósito de explosión que deseaban y alentaron con mucha fuerza’.
En esos disturbios, precisó el diplomático, ‘contemplaron acciones punibles por delincuentes comunes, que nuestro pueblo rechaza y se trata de manipular personas y generar pseudos movimientos para lograr una fallida oposición política’.
Para Gómez, ‘lo que está en juego es el derecho soberano de un pueblo a ejercer la libre determinación sin injerencia extranjera, la alternativa entre asegurarse paz y tranquilidad, estabilidad y seguridad frente a una potencia extranjera que intenta someternos y determinar nuestros destinos’.
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