Vísperas del 68 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, inicio de la guerra necesaria, los mexicanos salieron a festejar la fecha esta vez bajo el estímulo de lo que ya se considera un discurso histórico del presidente que rompió el formalismo de los que se pronuncian en fiestas patrias.
López Obrador explicó con precisión lo ocurrido desde la caída del colonialismo europeo en América, y el surgimiento de un imperio neocolonialista, el estadounidense, como nuevo poder hegemónico, manipulador de los ideales de independencia con su Doctrina Monroe desintegradora de los pueblos.
El único país de América, dijo, que logró zafarse de su predominio fue Cuba, la cual logró hacer valer su independencia y defenderla durante 62 años de todo tipo de ataques, y los ha vencido con la misma gloria que la población celta de Numancia y esa es una hazaña que merece un reconocimiento histórico muy alto.
Que eso lo haya dicho, además, en el Castillo de Chapultepec, el último bastión conquistado por las tropas de Estados Unidos tras su invasión militar de 1848 con la cual le robó a México dos millones de kilómetros cuadrados ricos en petróleo, minerales, agua y otros recursos naturales, lo convierte en un hecho histórico imperecedero.
Esa proclama visionaria de que llegó el momento de una nueva convivencia entre los países de América, no excluye a Estados Unidos ni a Canadá, explicó. Por el contrario, exhorta a hacer a un lado la disyuntiva de integrarnos a Estados Unidos o de oponernos en forma defensiva.
No es ese el camino sino el de admitir que es tiempo de expresar y explorar otra opción: dialogar y lograr el convencimiento de que una nueva relación entre los países de América es posible y persuadir de ello a los más retrógrados.
Como coincidieron varios oradores en el acto de hoy frente a la embajada estadounidense, es inaplazable que el gobierno de Estados Unidos y las fuerzas conservadoras admitan sin temores ni prejuicios que el modelo aplicado durante los casi 200 años del imperio del norte está agotado y no resiste más, y hay que sustituirlo.
Esto pasa, en lo inmediato, por la eliminación del bloqueo a Cuba y la desaparición de la Organización de Estados Americanos (OEA) como ministerio de colonias de Estados Unidos, a cuya eliminación llamó también López Obrador y ratificaron hoy en el mitin de apoyo a la Revolución cubana ante su embajada en México.
La proclama de López Obrador de que llegó la hora de una nueva convivencia en América, que ya en México la parangonan con el Grito de Dolores pero con una visión continental, sí es un verdadero alarido que surge desde el hondón americano y no de las bodegas de esquina como pretenden sacerdotes de la palabra que se rasgan las vestiduras cuando la historia y la patria exigen todo lo contrario, coincidieron oradores.
México, dijeron, salió hoy a las calles a defender a Cuba como siempre ha hecho, y los cubanos les expresaron todo su agradecimiento en un comunicado leído en la concentración por miembros de la Asociación José Martí de residentes.
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