‘Veo varias similitudes. La primera es la utilización articulada de medios de comunicación y redes sociales como instrumento de desestabilización y de ‘golpe suave», advirtió.
A través de ellos crean una imagen distorsionada de la realidad, satanizan líderes, utilizan algoritmos para promocionar a medios contrarrevolucionarios cuya información ataca directamente a los gobiernos socialistas y progresistas. Eso pasó en Bolivia.
Graduada de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), Ariana Campero fue nombrada en 2015 como titular de Salud y con tan solo 28 años se convirtió en la ministra más joven del gobierno de Evo Morales.
En conversación con esta agencia, recordó cómo antes de consumarse el golpe de Estado del 10 de noviembre de 2019 en su país, existían innumerables bots, troles, cuentas falsas que mentían e insultaban al presidente creando un malestar de la juventud y del pueblo hacia su líder.
Por ejemplo inventaron un supuesto secuestro, violación y desaparición de dos universitarias que viajaban a La Paz para participar en movilizaciones antigubernamentales. De esta noticia se hicieron eco los medios de comunicación. Sin embargo, cuando después aparecieron ambas jóvenes y anunciaron que estaban bien, esta noticia ya no la replicaron.
‘Veo que acá en Cuba inventan fake news (noticias falsas) sobre el gobierno, inventan sucesos de violencia represiva estatal o partidaria… Es decir, crean un imaginario colectivo previo a fin de generar malestar con el gobierno para después dar una estocada final con algunos sucesos en las calles’, dijo, al referirse a los recientes disturbios en la nación caribeña.
Prensa Latina (PL): ¿Quiénes cree usted que están detrás de los actos violentos en Cuba?
Ariana Campero (AC): Estados Unidos a través de la CIA y la mafia cubana de La Florida. No puedo descartar que haya un actuar de otras instancias o gobiernos de derecha de la región.
El caso boliviano es un ejemplo de un plan macabro tipo Plan Cóndor 2, donde se demostró la participación de Mauricio Macri, de Argentina; y Lenín Moreno, de Ecuador; y estamos investigando a Sebastián Piñera, Jair Bolsonaro e Iván Duque. No es descabellado pensar que actúen de esa forma con Cuba.
PL: A raíz de los sucesos del 11 de julio, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que Cuba es ‘estado fallido’. ¿Qué opinión le merece esta declaración?
AC: Es la muestra más grande de cinismo. Esta hipocresía es usual en la política exterior de Estados Unidos. El gobierno de Biden mantiene intactas las 243 medidas implementadas por Donald Trump contra Cuba y a pesar del bloqueo el país caribeño registra una baja tasa de letalidad por la Covid-19 en comparación con las estadísticas en el mundo y la región de las Américas.
Me pregunto, ¿cuál es el Estado fallido si en Estados Unidos hay más de 600 mil muertos por Covid-19 y ha sido epicentro de la pandemia por muchos meses? Sus aliados como Brasil o Ecuador ¿acaso no son muestra de un Estado fallido, o mejor dicho de un sistema fallido?
El neoliberalismo ha demostrado ser un sistema incapaz de garantizar asistencia social a sus habitantes, hablo de salud, educación, seguridad ciudadana…
PL: Usted que estudió en Cuba, ¿podría decirnos cómo afecta el bloqueo a la población?
AC: El bloqueo impacta en todos los aspectos de la vida del pueblo cubano. Mencionaré el área de la salud, ya que varias industrias farmacéuticas y laboratorios no quieren hacer negocios con Cuba por miedo a las sanciones que les impone Estados Unidos, entonces faltan medicamentos tan importantes como los oncológicos, entre tantos otros.
También hay carencias de las materias primas que requiere la industria cubana para el abastecimiento de las demandas internas. Por todos lados quieren ahogar la salud del pueblo.
PL: En los últimos tiempos hay una campaña de Estados Unidos para desacreditar la cooperación médica cubana. ¿Qué opina usted de la labor de brigadas como la Henry Reeve?
AC: Siento una eterna gratitud por esas brigadas médicas que han llevado salud a tantos pueblos pobres del mundo, ayudaron a contener una enfermedad que podía volverse una pandemia como el Ébola, operaron a más de 700 mil compatriotas en Bolivia con la Misión Milagro.
Han atendido a la población en lugares azotados por la pobreza y los desastres, como lo hicieron en Haití, estuvieron en sitios donde ningún otro médico quiso ir.
Creo que este ataque a la colaboración médica pretende ofender a las obras más hermosas, visionarias y reconocidas de la Revolución Cubana: el humanismo, la solidaridad y el altruismo.
arb/car
(*) Editora jefa de Prensa Latina