El artista habitaba entonces cerca del pueblo de Auvers-sur-Oise, en las afueras de París, y luchaba contra una enfermedad mental que, dos años antes, le llevarían a mutilarse su oreja izquierda con una hojilla de afeitar.
La crisis nerviosa parecía quedar en el pasado y la creatividad resurgía en el óleo sobre lienzo, tanto así que llegó a realizar en casi meses días, más de 70 pinturas y cientos de dibujos y bocetos.
Al decir de la curadora del museo Van Gogh de Ámsterdam, Nienke Bakker, en las creaciones hechas durante su última semana de vida había una carga de agitación emocional, visibles en las piezas ‘Trigal con cuervos’ y ‘Trigal bajo nubarrones’.
Sin embargo, afirma Bakker, cuando se aprecia ‘Raíces de árbol’ también es notable el vigor y las ganas de vivir, por lo cual sería demasiado atrevido decir que Van Gogh pintó intencionalmente ese cuadro como una despedida.
De acuerdo con la creadora, ese trabajo muestra en todas las torturadas y retorcidas raíces el frenetismo de espíritu y la mente delirante que le asaltaban y no dejaban, en cambio, opacar su genialidad.
¿Por qué Van Gogh se suicidó?, es una de las interrogantes de curiosos, admiradores o estudiosos de su obra, pero la pregunta da lugar a varias suposiciones de las cuales, la mayoría coincide en el arrebato de sus locuras.
El autor de Los comedores de patatas (1885) y La noche estrellada (1889) murió 30 horas después de recoger el gatillo y propinarse un impacto de bala que terminó con su existencia física y, más tarde, ensancharía su grandeza artística.
La encomiable labor de Johanna Van Gogh-Bonger, esposa de su hermano Theo, supo valorizar la obra del genio post-impresionista y profundizar en un patrimonio marginado que, más tarde, se posicionó en grandes museos para el disfrute del público del mundo.
La primera exposición que logró Johanna aconteció en 1892, la cual elevó el valor artístico de las pinturas y las colocó en manos de especialistas y críticos de arte deslumbrados con sus creaciones.
Más adelante, en 1905, el Museo Stedelijk de Ámsterdam acogió la mayor retrospectiva de la obra de Vincent, considerada emisora de la esencia vangoghiana pues generó repercusión en Europa.
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