La doctora en Filosofía Claudia Chaufan, profesora asociada de Políticas de Salud de la Universidad de York, dijo que un modo de librar esta guerra implica manipular la opinión pública mediante la financiación de grupos de oposición, incitando al malestar social y cebándose en las quejas existentes, con el objetivo de un cambio de régimen.
Durante un panel virtual en respuesta a la gran desinformación contra la isla a raíz de los recientes disturbios, la doctora explicó que las sanciones económicas son un ingrediente clave de la guerra híbrida dada su capacidad de ‘hacer gritar a las economías’ para tratar de crear la desesperación del pueblo.
Organizado por el Grupo del Manifiesto Internacional, de la Universidad de Manitoba, en el evento Keith Bolender, periodista y autor de varios volúmenes sobre las relaciones Cuba-Estados Unidos, habló acerca de coberturas sesgadas.
Señaló que la prensa estadounidense hizo ‘narrativas sesgadas de que los disturbios civiles fueron protestas exclusivas contra el gobierno’.
Autor de Manufacturing the Enemy, su más reciente libro sobre la guerra de los medios corporativos contra Cuba, Bolender opinó que los informes de los medios minimizaron dificultades económicas y la pandemia de Covid-19, y en su mayoría ignoraron la influencia negativa que tiene el bloqueo.
El destacado periodista y escritor Anrnold August; la economista Wendy Holm, y Claude Morin, profesor retirado del Departamento de Historia de la Universidad de Montreal coincidieron en que las campañas arreciaron a partir de los disturbios impulsados desde Estados Unidos a través de las redes sociales.
Para August no son casuales en todas estas maniobras de desinformación y manipulación la cantidad de bots (programas informáticos que efectúan automáticamente tareas reiterativas mediante Internet) y cuentas falsas en plataformas como Twitter.
Además, denunció la participación de la ‘Fundación Nacional para la Democracia de la CIA (National Endowment for Democracy), que financia los medios CubaNet y Univision, la televisora estadounidense más importante que tiene como objetivo a América Latina’.
Tampoco duda en que el hashtag ‘SOSCuba’, que sirvió para alentar los desórdenes en la isla, fue fabricado íntegramente desde el exterior.
Los panelistas expresaron su indignación porque mientras hay una petición presentada en el Parlamento canadiense por un miembro del Parlamento solicitando que el gobierno de Justin Trudeau inste a la administración de Joe Biden a levantar el bloqueo, este optó por sumarse al coro de los que intentan condenar a Cuba.
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