Datos de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA en inglés) mostraron también la desaparición de un millón de empleos por la disminución de pasajeros aéreos transportados, la mayor desde que comenzó el rastreo de esa información.
La profunda crisis iniciada en abril del pasado año provocó que el 66 por ciento de la flota de transporte aéreo comercial del mundo quedara en tierra cuando los gobiernos cerraron fronteras o impusieron cuarentenas estrictas, aseguró Willie Walsh, director general de IATA.
En todo el sistema, las aerolíneas movieron mil 800 millones de pasajeros en servicios regulares, una disminución del 60,2 por ciento respecto a 2019, como promedio hubo una pérdida de 71,7 dólares por pasajero, lo que sumó 126 mil 400 millones de dólares en total.
La capacidad global de las aerolíneas se desplomó, siendo la internacional la más afectada con una reducción del 68,3 por ciento, mientras el factor de carga de viajeros en todo el sistema se redujo considerablemente en comparación con el año anterior.
Por regiones Oriente Medio sufrió el mayor descalabro, seguido de Europa y África, en tanto China se convirtió en el mercado interno más grande en 2020 por primera vez, ya que los viajes aéreos se recuperaron rápido tras sus esfuerzos por controlar a la Covid-19.
La IATA aseguró que la industria aérea fue una de las que más sintió los estragos de la crisis sanitaria a nivel mundial, al reducir la conectividad en más de la mitad y caer drásticamente el número de rutas que conectan a los aeropuertos.
Los efectos fueron devastadores no sólo en términos económicos, sino también en cuanto a recursos humanos, pues desapareció un millón de puestos de trabajo, enfatizó Waslh.
oda/crc/gdc