Entre los primeros en reaccionar a los comentarios de Johnson estuvo el líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, quien los calificó de bofetada en el rosto de la comunidad minera, dado el desempleo y la pobreza que desataron las políticas de la llamada Dama de Hierro.
En declaraciones a periodistas la víspera durante una visita a Escocia, el gobernante conservador declaró que gracias a que Thatcher cerró muchas minas de carbón, el Reino Unido pudo comenzar temprano a dejar atrás los combustibles fósiles.
Según algunos reportes, Johnson luego insinuó que se trataba de una broma, lo cual fue considerado aun más ofensivo.
La jefa del gobierno escocés, la independentista Nicola Sturgeon, recordó, por su parte, que la destrucción de la industria minera por parte de Thatcher devastó muchas vidas y comunidades, y no tuvo nada que ver con que tuviera alguna preocupación por el planeta.
Tratar ese tema como algo risible es burdo y profundamente insensible, aseguró en Twitter la líder del Partido Nacional Escocés.
Un vocero de la oficina de Johnson dijo este viernes que el primer ministro estaba consciente del impacto enorme y del dolor que el cierre de las minas tuvo sobre las comunidades británicas, pero dejo entrever que no se va a disculpar por sus comentarios.
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