Dichos datos fueron comprobados en el análisis final del estudio Fase Tres del inmunizante en el cual participaron miles de voluntarios quienes recibieron la segunda dosis el 25 de noviembre y se evaluaron durante los siguientes seis meses antes de que la variante Delta se volviera dominante en Estados Unidos.
‘Nos complacen las cifras evidenciadas por nuestra vacuna, pero reconocemos que la variante Delta del SARS-CoV-2 es una nueva amenaza importante, por lo cual debemos permanecer atentos’, dijo el director ejecutivo de Moderna, Stéphane Bancel.
Ante esa situación, los creadores de Moderna creen que es posible necesitar refuerzos para el inmunógeno antes de la llegada del invierno; pues si bien mostró una eficacia duradera, con la Delta pueden ‘disminuir los títulos neutralizantes y eventualmente impactar en los resultados del inyectable’.
Moderna espera los datos de la tercera dosis antes de solicitar una autorización de uso de emergencia para una vacuna de refuerzo, dijo el presidente de la empresa, Stephen Hoge.
Las dos primeras administraciones de la vacuna de esta compañía son de 100 microgramos cada una, y exploran si un refuerzo, una tercera inyección de la misma vacuna, debería ser de 50 o también 100 microgramos.
‘Creemos que nuestros datos clínicos en este momento respaldan un refuerzo de 50 microgramos, pero vamos a esperar los datos de 100 en las próximas semanas para confirmar la selección como refuerzo antes de la presentación a las autoridades regulatorias’, dijo Hoge.
Por su parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades indicaron que en el país aún no necesitan una tercera dosis, y no depende únicamente de las empresas decidir cuándo podría ser necesaria la administración adicional de las vacunas.
mem/cdg