Investigadores de la universidad de Cambridge, Reino Unido, alertaron que hasta una erupción menor en una de esas áreas podría generar cenizas o temblores capaces de interrumpir redes importantes como cadenas de suministro de productos, sistemas financieros a nivel mundial, entre otros, precisó la publicación.
Determinaron la superioridad de la influencia negativa comparado con la erupción de un único y enorme volcán, mientras indicaron que eventos de poca magnitud en áreas relevantes a nivel económico significaron pérdidas materiales mucho mayores que grandes estallidos ocurridos en otras regiones.
Por ejemplo, las explosiones en el glaciar Eyjafjallajökull (Islandia) en 2010 fueron de una escala mucho menor, pero con daños seis veces mayores a las del monte Pinatubo (Filipinas) en 1991, debido a su ubicación estratégica para las redes de infraestructura y comunicaciones de Europa continental.
Otras consecuencias identificadas en el estudio británico incluyeron enormes nubes de cenizas, corrientes de lodo y deslizamientos de tierra que ponen en riesgo los cables submarinos.
Un caso paradigmático-agregó el artículo-podría ser un grupo volcánico localizado en el extremo norte de Taiwán, teniendo en cuenta que la zona es crucial para la producción de chips electrónicos, provocaría la paralización de la industria tecnológica mundial.
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