Llevó mucho tiempo, y hubo desvíos y todo lo demás, pero esto hará mucho bien a Estados Unidos, apuntó el líder de la mayoría, el demócrata Charles Schumer, al referirse a la iniciativa legislativa que votarán en la mañana de este martes.
La propuesta es la mayor inyección de gasto federal en obras públicas en décadas y marcaría un hito importante para la agenda económica de Biden.
El proyecto de ley, que incluye aproximadamente 550 mil millones de dólares en nuevos gastos, es sustancialmente menor que el plan inicialmente esbozado por el gobernante a principios de este año.
No obstante, incorpora fondos para objetivos como el mejoramiento de carreteras, puentes, ferrocarriles, red eléctrica y banda ancha para el acceso a Internet, entre otras inversiones.
A pesar de que desde hace días estaba claro que el proyecto de ley contaba con suficiente apoyo para ser aprobado por el Senado, lo fueron retrasando.
Los senadores intentaron llegar a un acuerdo a finales de la semana pasada para votar un paquete de entre 16 y 25 posibles cambios y luego avalar el proyecto de ley.
Pero el senador Bill Hagerty (republicano de Tennessee) se negó a firmar incluso en medio de la intensa presión de sus correligionarios, reseñó el diario The Hill.
Una vez que la Cámara Alta sancione el proyecto de ley bipartidista, se espera que los demócratas pasen directamente a retomar la resolución presupuestaria que da luz verde e incluye instrucciones sobre la elaboración de un paquete de gastos de 3,5 billones de dólares a finales de este año.
Los demócratas están utilizando las normas presupuestarias para aprobar tanto la resolución como el posterior proyecto de ley de gastos sin los votos del Partido Republicano.
Al defender su plan, Biden dijo que el proyecto de infraestructura asegurará la supremacía de Estados Unidos en la escena internacional, en particular con la mirada puesta en China.
Por eso en un discurso en Lousiana enfatizó que se necesita una nueva estrategia, centrada en la investigación y el desarrollo y admitió que la nación asiática lleva la delantera en este campo.
Si esto sigue así, los chinos serán los dueños del mercado de los coches eléctricos en el mundo y tenemos que competir, insistió Biden.
Donald Trump hizo del gasto en infraestructuras un punto clave de su campaña presidencial de 2016, pero nunca lo convirtió en una prioridad una vez que llegó a la presidencia y no pudo conseguir que la legislación se aprobara en el Congreso durante sus cuatro años de mandato.
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