La iniciativa dedicada a la promoción de la filmografía en regiones en desarrollo, enfocará sus acciones a las naciones latinas, excepto Argentina, Chile, México, Colombia y Brasil, ya que el denominado séptimo arte de dichos países ostenta avances considerables.
Durante el trienio anterior, el evento centró sus esfuerzos en el sureste asiático y Mongolia, y ahora traslada la maquinaria promocional al otro lado del mundo con patrocinios a proyecciones de películas, becas a realizadores y espacios de la industria dirigidos a recabar financiamiento para las obras.
Hasta el próximo sábado acontece el encuentro, considerado el más famoso de Suiza y que en su 74 edición acoge una muestra representativa de jóvenes directores de América Latina, recogida en la competición Cineastas del presente.
Figuran en la selección los filmes Mis hermanos sueñan despiertos, de la chilena Claudia Huaiquimilla; Mostro, del mexicano José Pablo Escamilla; Zahorí, de la argentina Mari Alessandrini; entre otros.
Con 209 cintas seleccionadas, 300 exhibiciones, conciertos, realidad virtual, filmes de culto y la entrega del Leopardo de Honor al director estadounidense John Landis, la cita presenta una agenda variada, completa y única, aseguró el grupo gestor.
Bajo la premisa de ofrecer un ambiente seguro sin renunciar a la audiencia en vivo, los organizadores implementaron una serie de medidas de seguridad en una docena de lugares, dos años después de la última proyección en su sede habitual, la Piazza Grande.
A la par del calendario cinematográfico, la ciudad de Locarno constituye el escenario de las 16 noches de recitales programadas, que se iniciaron el 30 de julio y han marcado el ritmo del encuentro con las actuaciones de una veintena de artistas locales.
De igual forma, el Festival incluye un programa de proyecciones en línea, con el propósito de combinar las acciones presenciales con el escenario virtual y extender el alcance de encuentro hacia audiencias de otros países.
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