La zona más afectada es la región de Yakutia, en el noroeste de este país, con 111 focos de fuego en una superficie de un millón 472 mil 914 hectáreas.
El Servicio Hidrometeorológico Nacional de Kazajstán, informó la víspera que una columna de humo procedente de los incendios en Yakutia se extendió sobre Nursultan, la capital kazaja, provocando un exceso de la norma máxima permitida de dióxido de nitrógeno en el aire atmosférico.
Advirtió además que el humo de esa región rusa se extendió hacia otras zonas del noreste de Kazajstán.
También el 8 de agosto, la magnitud de los incendios forestales que tienen lugar en la región de Krasnoyarsk, en el centro de la Siberia rusa, dispararon las alarmas por exceso de contenido de sólidos en suspensión en el aire.
Estudios realizados por el departamento regional del Servicio Federal de Supervisión de la Protección y el Bienestar del Consumidor (Rospotrebnadzor) mostraron que las cantidades de contaminantes dañinos para la salud humana superan los estándares higiénicos.
Se registró humo en 392 asentamientos de 17 municipios del territorio, incluidos Krasnoyarsk, Norilsk y Zelenogorsk, informó la agencia de noticias TASS.
La superficie de bosques cubierta por el fuego desde el comienzo de la temporada de incendios en Rusia superó los seis millones de hectáreas, informó el pasado 5 de agosto el jefe del Ministerio de Defensa Civil, Situaciones de Emergencia y Liquidación de Catástrofes de Rusia, Evguéni Zínichev.
En reunión sobre la marcha del enfrentamiento a los incendios naturales con el presidente ruso, Vladimir Putin, Zínichev explicó que desde el inicio del verano se han registrado 11 mil siniestros en el país.
Durante el encuentro, el mandatario ruso alertó que el cambio climático está influyendo en las causas de los incendios forestales y las inundaciones en la nación euroasiática.
Precisó que la temperatura media anual de Rusia aumentó 2,8 veces más rápido que la media mundial en los últimos 44 años.
Según la Agencia Rusa de Bosques, más de 11,5 millones de hectáreas fueron destruidas por incendios desde inicios de 2021, comparado con las 8,9 millones de hectáreas afectadas como promedio anual desde inicios del 2000.
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