Según esas estadísticas, la población creció un 7,4 por ciento en la última década, un compás más lento que el de cualquier otro lapso similar desde los años 30 del pasado siglo.
En más de la mitad de los condados del país murieron más personas de las que nacieron, y aunque las zonas rurales fueron más propensas a sufrir disminuciones naturales, las áreas urbanas también experimentaron descensos.
Estos descensos son indicadores preocupantes de una pérdida a largo plazo, dijo Kenneth Johnson, demógrafo principal de la Escuela Carsey de la Universidad de New Hampshire, porque esas tendencias rara vez se invierten, reseñó el diario The Hill.
Entretanto, los expertos asocian la disminución del segmento de blancos, y el lento crecimiento en general a menores tasas de natalidad que alcanzaron sus índices más bajos en generaciones en los años posteriores a la Gran Recesión (2008).
A su vez, la población es mucho más multirracial y diversa desde el punto de vista racial y étnico de lo que medimos en el pasado, dijo Nicholas Jones, de la División de Población de la propia dependencia.
Sin embargo, el impacto más notable hace 10 años proviene de las comunidades minoritarias, en particular latinos y asiáticos, ya que el número de estadounidenses blancos descendió por primera vez desde la fundación de la nación.
Los hispanos o latinos se multiplicaron de forma constante hasta alcanzar los 62,1 millones, lo que representa el 18,7 por ciento de la población, frente al 12,6 por ciento en 2000 y el 16,4 por ciento en el recuento de 2010.
Mientras los estadounidenses de origen fueron el segmento que aumentó más rápido que cualquier otro grupo minoritario en la última década, hasta alcanzar los 24 millones, un 20 por ciento más desde 2010.
Los blancos no hispanos representan ahora algo menos del 58 por ciento de la población estadounidense, la primera vez cae por debajo del 60 por ciento.
No importa cómo los cuentes, los blancos disminuyeron desde 2010, enfatizó William Frey, demógrafo principal de la Institución Brookings, quien advirtió que hay un envejecimiento poblacional con indicadores con más muertes y menos nacimientos.
Para Frey, la forma de resolver esta tendencia es ‘tener más inmigrantes y sus hijos’.
Pero la entrada de extranjeros también se desaceleró en la última década, influenciada por la lenta recuperación de la Gran Recesión, las políticas contra los migrantes durante la administración de Donald Trump (2009-2017) y actualmente por la pandemia de la Covid-19.
Estados Unidos tiene una población de 328 millones 461 mil habitantes, de acuerdo con los registros.
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