Ortega insistió en la importancia de ese cometido, y no ser instrumento de represión y agresión a otros pueblos que pueden estar a miles de kilómetros de distancia como hizo Estados Unidos al enviar a sus militares a Viet Nam, Afganistán e Iraq, entre otros países.
En esa línea advirtió sobre el saldo de esas políticas guerreristas en cuanto a pérdidas de vidas humanas, sobre todo de civiles inocentes, los millonarios gastos en armas y mantener tropas durante el terreno durante años de ocupación.
‘De que le ha servido al imperio la cantidad de muertos en Afganistán’, cuestionó el mandatario cuando las fuerzas del Talibán ocupan una tras otras las principales ciudades de ese país una vez se hizo efectiva la retirada de las tropas de ocupación estadounidenses.
El comandante sandinista evocó el espíritu de lucha y resistencia de pequeñas naciones como Nicaragua y Cuba, y cuanto tributan a esos valores los militares comprometidos con la defensa de la soberanía nacional, como es el caso, señaló, de los componentes de la Fuerza Naval.
Ortega repasó el historial de la institución armada, con énfasis en los resultados de los últimos años, sobre todo en la lucca contra el narcotráfico y la modernización de la infraestructura, aunque reconoció la necesidad de seguir mejorando las condiciones y material de trabajo para el cumplimiento de las misiones asignadas.
En su discurso dedicó palabras al líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, y al comandante sandinista Tomás Borge, a propósito del aniversario del natalicio de ambos luchadores.
Del primero destacó su solidaridad para con la Revolución Sandinista y el pueblo de Nicaragua; del segundo sus valores como el concepto del deber hacia la patria.
El mandatario reiteró el rechazo de su país al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba, y el acompañamiento sincero de los nicaragüenses al gobierno y pueblo de la nación caribeña.
‘Estamos con ustedes de corazón, de conciencia, hermanos cubanos, hermanos revolucionarios, sabemos que saldrán victoriosos’, afirmó.
Ortega también impuso la medalla de Honor del mérito naval, en primera y segunda clase a varios oficiales y marinos de labor destacada al servicio de la Fuerza Naval, y otros fueron ascendidos al grado inmediato superior.
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