El presidente Alejandro Giammattei anunció la medida el pasado viernes en cadena nacional, acompañado de su Consejo de Ministros, con el fin de contener el alza de contagios de la Covid-19 de las últimas semanas, pero solo generó más críticas de la ciudadanía sobre el manejo de los recursos y el enfrentamiento a la pandemia.
Círculos médicos cuestionaron la necesidad de un toque de queda para detener la enfermedad en horario nocturno, principalmente de madrugada, de ahí que analistas prevén todo un desafío el examen del tema en la próxima sesión plenaria del Congreso de la República de Guatemala.
Incluso, grupos tradicionalmente aliados a la bancada oficialista manifestaron sus dudas sobre esta medida de excepción y se advierte cuesta arriba aprobarla de urgencia nacional (necesitarían el respaldo de 107 votos).
No es la primera vez que Giammattei somete al voto de los diputados restricciones de este tipo ante la escalada de la pandemia; lo hizo de marzo hasta septiembre del pasado año, pero ahora el apoyo no se ve llegar en bloque y es muy probable que el trámite dure tres sesiones consecutivas como estable la ley orgánica del órgano legislativo.
La bancada Visión con Valores, que en el pasado respaldó sin dudar al Gobierno, ahora se muestra dividida, según admitió su jefe, Aníbal Rojas.
Otro bloque poco convencido de que el Estado de Calamidad Pública sea la solución es Podemos, al considerar que se debe evaluar qué resultados espera el ejecutivo con esta medida en todo su entorno.
Aunado a esto, insisto, la vacunación es importante y primordial, señaló José Alejandro de León, en declaraciones al periódico Prensa Libre, mientras que el Partido Humanista aun no fijó su postura y cree que sí son necesarias las disposiciones, pero con garantías de su buen uso, alertó Rudio Lecsan, jefe de esa organización.
Al organismo ejecutivo, el Congreso le ha otorgado facultades legales, recursos para la pandemia, y si no hace su trabajo, que lo juzgue la historia, enfatizó.
En esta discusión, las bancadas opositoras no muestran medias tintas y todo parece indicar que votarían en contra.
Para Bernardo Arévalo, jefe del bloque Movimiento Semilla, el toque de queda es inefectivo por la hora absurda en que se impone y en momentos de una ola con niveles de enfermedad y letalidad nunca vistos.
No cumple con el efecto de contener los puntos de contagio, no controla el hacinamiento de la gente, expresó.
Pareciera que el único objetivo -del Gobierno-, es hacer compras y contrataciones sin ningún control, ya que los demás elementos del acuerdo emitido son bastante generales, indicó Carlos Barreda, al frente de la bancada Unidad Nacional de la Esperanza.
La mayoría de diputados de nuestra bancada se está manifestando en contra. Incluso, hemos recibido mensajes de la población en nuestras redes sociales, donde nos piden que no aprobemos, que nos opongamos, que ya no más robos ni saqueos, aseguró.
En igual sintonía, la jefa del bloque Winaq, Sonia Gutiérrez, cuestionó la ejecución de los recursos en el pasado.
Este Gobierno no genera esa confianza para que les estemos autorizando más adquisiciones de compra sin los mecanismos de control que establece la ley. Ya vimos sus grandes falencias en la ejecución de los recursos, subrayó Gutiérrez, una de las diputadas más críticas a los últimos Estados de Excepción y Calamidad por sus pobres resultados.
Así el panorama, Giammattei espera lograr otro voto de confianza del Congreso, al que le pidió contar con su apoyo una vez más.
Ese que no tiene de los pueblos originarios, pues le dieron hasta el próximo jueves para presentar su renuncia o volverán a convocar bloqueos y manifestaciones en todo el país ‘hasta que caiga’, según anunciaron.
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