‘A pesar de que tenemos desacuerdos, es bueno que hablemos’, manifestó la mandataria, quien remarcó que Moscú y Berlín ‘tienen mucho de qué hablar’, incluida la crisis en Afganistán, las relaciones comerciales y la cooperación bilateral.
Entre los temas a analizar de la agenda bilateral y regional, la jefa de Gobierno citó también las situaciones en Ucrania, Libia y Siria, las relaciones con Belarús y cuestiones vinculadas con el tratamiento a la sociedad civil.
Antes de la reunión con Putin, Merkel depositó un ramo de flores ante la Tumba del Soldado Desconocido, a propósito del aniversario 80 de la invasión de la Alemania nazi a la entonces Unión Soviética. Tras el encuentro de protocolo, ambos gobernantes continuaron las conversaciones a puerta cerrada.
Esta es la última visita de la canciller federal a Rusia como jefa del ejecutivo alemán, a cinco semanas de las elecciones parlamentarias en su país, el próximo 26 de septiembre.
mgt/mml