En el programa del bloguero ucraniano, Ruslan Bizyaev, la diplomática explicó los orígenes de esa política estadounidense contra Cuba, cómo se manifestó desde inicios de la década del 60′, y su impacto en el contexto actual de crisis pandémica global, con su réplica en la isla.
Subrayó que, desde el comienzo de esa política, las medidas unilaterales de Washington contra la nación antillana tienen como objetivo el aislamiento, la asfixia y la inmovilidad de Cuba para obligar al país a renunciar a su decisión de ser soberano e independiente.
En 1992, con la aprobación de la Ley Torricelli y posteriormente la Ley Helms-Burton, el bloqueo generó nuevas barreras que, además de afectar las relaciones bilaterales entre ambos países, limitó los vínculos con terceras naciones, recordó Díaz.
‘El carácter extraterritorial del bloqueo constituye una violación flagrante de la soberanía y autodeterminación de los Estados, y por consiguiente de las normas establecidas en la Carta de las Naciones Unidas y los principios del derecho internacional’, dijo.
Subrayó que La Habana siempre ha estado dispuesta al diálogo con el gobierno de Estados Unidos, sobre la base de la igualdad de condiciones y el respeto a la soberanía.
En tal sentido, puso como ejemplo el restablecimiento de las relaciones bilaterales en diciembre de2017, proceso que fue obstaculizado por la administración del presidente Donald Trump adoptó un total de 243 nuevas sanciones.
‘El endurecimiento de estas medidas se aceleró luego del inicio de la pandemia de Covid-19, impidiendo a Cuba la importación de combustible, equipos médicos, materias primas para la producción de medicamentos, piezas de repuesto, etc’, comentó la diplomática.
‘Cuba nunca ha estado sola en la lucha contra las sanciones estadounidenses. La comunidad internacional se ha manifestado constantemente en contra de esta política unilateral, y ha abogado por su levantamiento, destacó.
Díaz resaltó que desde 1992, la mayoría de los Estados miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas han votado a favor de la resolución cubana contra el bloqueo.
En la entrevista, condenó además la inclusión de la isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo, medida adoptada por Estados Unidos que ‘ha afectado sobremanera la economía cubana’. Declaró que La Habana no reconoce ninguna autoridad sobre las listas de calificación de países emitidas por el Departamento de Estado, de manera unilateral y sin ningún tipo de legitimidad jurídica e internacional.
‘La posición de Cuba contra el terrorismo es incuestionable, y reconocida a nivel internacional. La conducta de la isla frente a este flagelo ha sido impecable’, remarcó la embajadora cubana.
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